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‘Me casé sin amar a mi esposa’
Hermano Pablo / ReverendoEn este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.
conciencia.net: «Me casé sin amar a mi esposa.Llevamos dos años de casados.Cuando éramos novios, su compañía y amistad me parecían los elementos suficientes para algún día llegar a amarla; pero eso no es así.Vivo frustrado porque no tuve el valor de desistir a tiempo.Lo llegamos a platicar, pero al verla llorar siento que fui cobarde al permitir que llegáramos hasta el matrimonio.Quisiera corresponder a ese amor, pero no lo siento así.Ella lo ha percibido y sufre.Me duele verla así».Este es el consejo que le dio mi esposa:«Estimado amigo:»No siempre sentimos amor por nuestros hijos, nuestros hermanos, nuestros padres o aun nuestro cónyuge.Y sin embargo, los amamos porque están ligados a nosotros mediante la relación que tenemos.No siempre nos hacen felices ni satisfacen nuestras necesidades.A veces hacen que nos sintamos frustrados o enojados, pero no por eso dejamos de amarlos.»Usted esperó sentir alguna sensación con relación a su esposa.Las películas y los cuentos de hadas nos predisponen a sentir algo muy especial y a oír el repicar de las campanas.Pero la vida no es una película ni un cuento de hadas.»Un matrimonio que tiene como base una sólida amistad y el compañerismo tiene la posibilidad de ser mucho más satisfactorio y duradero que un matrimonio basado en la atracción física o en emociones muy estimulantes...»Usted hizo sus votos.No importa ahora por qué lo hizo o si fue la decisión acertada.Cambie su enfoque del pasado al futuro.Los lazos del amor y del matrimonio lo han atado a una mujer maravillosa, y usted puede tomar la decisión de fortalecer esa relación en lugar de ponerla en tela de juicio constantemente.Muestre amor mediante sus acciones, y verá que sus sentimientos se ajustarán.»¿Sabía que Dios quiere ayudarlo en su matrimonio y en todos los demás aspectos de su vida? Cuando aceptamos a Cristo y decidimos caminar con Dios, Él nos da sabiduría y fortaleza para cada una de nuestras otras relaciones».