Los bochinchosos de la mesa política del viejo café de Santana estaban asombrados esa mañana. El Comunista (ñángara trasnochado) se veía muy contento. Hasta regaló tazas de
Milciades Ortíz / Catedrático Los bochinchosos de la mesa política del viejo café de Santana estaban asombrados esa mañana.El Comunista (ñángara trasnochado) se veía muy contento.
Hasta regaló tazas de café a sus compañeros.
Los miró raro el famoso Cholito Mesero y el Político le explicó que ya Panamá tendrá un partido de izquierda “con todas las de la ley”.Como no entendía el asunto el bellaco mesero, el Universitario contó que por cien años nunca los socialistas y comunistas del patio habían aceptado participar en las elecciones.Consideraban que eso era actividad de los grupos explotadores de la burguesía.
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Más enredado quedó el mesero santanero.El Arnulfista le dijo que los ñángaras quieren acabar con la libre empresa y quitarle la plata a los ricos para dársela a los pobres.Por eso nunca prosperaron en Panamá.Aquí los pobres viven mejor que los profesores.Dijo el eterno Desempleado que esperaba que un gobierno “del mero pueblo” le diera empleos a los desocupados con esa plata que le quitarán a “los cocotudos” panameños.El Loco quiso bajar la tensión de la mesa.Alegó que en una democracia todos tienen derecho a querer dirigir el país, no importa si son de color azul, verde, amarillo o rojos.Siendo “amigo de todos los gobiernos”, el Asimilado indicó que ya está pensando en algunos amigos izquierdistas para que no lo boten si llegan al poder.Dudó el Civilista que el nuevo partido ñángara llegue a la presidencia.“A lo sumo conseguirán algunos representantes, diputados y hasta uno o dos alcaldes”, aseguró.El representante del PRD señaló que todo era una maniobra del Gobierno para “meterle miedo al país y forzar al pueblo a que acepte la reelección del presidente”.“¡Ajó, eso sí que es serio!”, exclamó el Cholito Mesero.Así no sabremos qué será peor en las elecciones”, sentenció.Se rió el Comerciante de esa ocurrencia.Agregó que a él no le importa quién esté en el Palacio de las Garzas, “siempre y cuando no afecte los negocios del país”.Guardaba silencio el Comunista.Murmuró que “los votos dirán su última palabra en las elecciones”.Después de servir algunas mesas, con sonrisa maliciosa preguntó el más famoso de los meseros “esos comunistas, ¿dan buenas propinas a los meseros?”.