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Océanos al límite
Damaris FloresLa contaminación, la sobrepesca, la explotación del litoral y el cambio climático amenazan la supervivencia de cientos de especies, ecosistemas marinos y el modo de vida de numerosas comunidades que dependen de ellos.
Entre ellos nosotros, los humanos.A pesar de su vital importancia, la vida marina está desprotegida.Los arrecifes de coral y las praderas submarinas sufren una tasa de degradación cinco veces superior a la de los bosques tropicales.Sin embargo, el área marina protegida no alcanza el 0.1% de su extensión frente al 10% de protección de la superficie terrestre.Cifra insignificante dado que los océanos cubren el 71% de nuestro planeta.El arrastre pesquero es la principal amenaza de la biodiversidad marina.Los grandes barcos de arrastre faenan a profundidades de dos mil metros; como consecuencia se produce una destrucción indiscriminada de los fondos marinos.El 98% de las especies que viven en los océanos dependen de estos fondos.Dos tercios de todas las especies de coral encuentran cobijo en aguas profundas y frías.La pesca de arrastre no solo destruye hábitats, también se lleva consigo enormes cantidades de pesca innecesarias para el humano y vitales para el ambiente marino.La pesca de fondo se realiza en aguas internacionales donde no existe ninguna regulación.Sin protección, las consecuencias son visibles: el pez reloj o la merluza negra se han explotado hasta su extinción comercial.La mayoría de las especies de fondo comercializadas están sobreexplotadas.Los vertidos urbanos, industriales y agrícolas, el excesivo consumo de agua, la erosión de las playas, la ocupación del litoral, el deterioro y la salinización de los acuíferos costeros, son otros de los problemas que deben hacer frente los frágiles océanos.