Persecución
Resulta intolerable la postura asumida por el Ministerio Público, al tratar de influir en el devenir político del país, persiguiendo a figuras potencialmente presidenciables.
Tal es el caso de Riccardo Francolini, de quien se sabe es un irreductible dirigente político del partido Cambio Democrático (CD) y precandidato presidencial de ese colectivo, al que se ve como natural continuador de la fructífera gestión de gobierno iniciada bajo el mandato de Ricardo Martinelli.
Frente a esta realidad, la ciudadanía observa que cada vez que Francolini, ejecutivo de medios de comunicación social, y otros opositores se activan para opinar sobre la situación política nacional, por arte de magia los fiscales del Ministerio Público empiezan a mover sus hilos para tratar de amedrentarlos.
La utilización de fiscales como instrumentos de persecución política es propia de los regímenes autoritarios y antidemocráticos, en los países del cono sur vemos cómo funciona esta maquinaria siniestra de persecución a opositores, que se vale del brazo de la ley para atenazar la opinión libre e independiente.
Frente a una desnaturalizada procuraduría que en vez de perseguir el delito, persigue a políticos opositores, es necesario que los panameños levantemos nuestra voz de protesta, ya que las instituciones democráticas quedan en entredicho frente a este tipo de prácticas autoritarias.