Tensiones
Por: Milcíades Ortiz CatedráticoLas tensiones son un desarreglo psicológico provocado por factores externos a las personas. Los expertos consideran que hay dos tipos de tensiones: la individual y la social. Los sociólogos saben que la social es la suma de tensiones individuales que hacen que grupos de personas actúen de una misma manera ante determinadas situaciones. Ambos tipos tienen un proceso de acumulación, que dependerá de la situación que lo provoque. A veces demorarán días y meses para que se produzca un estallido o descarga, que en la mayor parte de las veces logrará disminuir su intensidad.
En Panamá, a cada rato vemos comunidades que llegan a protestar, hasta con violencia, porque el Estado no les soluciona problemas importantes como salud, basura, agua, electricidad y otros. Si estos hechos son numerosos, puede ocurrir un estallido social que estremecerá la sociedad…
En el aspecto personal, los expertos consideran que es casi imposible vivir con una cuota de tensión que también se conoce como estrés. Hay oficios que producen altos niveles de tensión, lo mismo que situaciones familiares. Agréguese circunstancias externas que afectan a las personas. Aquí sobresalen problemas del alto costo de la vida, la inseguridad, los tranques en la calle y hasta la política.
Los panameños sufrimos demasiada tensión para un país que tiene un alto nivel de desarrollo económico. Por eso, muchos padecen de alta tensión, mal carácter, insomnio, etc. La llamada “intolerancia” no es más que el estallido ante determinados acontecimientos. Estamos en peligro de perder la llamada “paz social”. Cada día aumenta la violencia doméstica, la pelea entre vecinos, agresiones hasta con armas de fuego por incidentes en las carreteras. Ojalá con las próximas actividades políticas no se llegue a los extremos. También hay violencia verbal. Corresponde al Estado buscar la fórmula o la manera de disminuir las tensiones individuales y sociales que no se curan con pastillas. De lo contrario, aumentará la violencia de todo tipo en Panamá, lo que no conviene a nadie. (Si los panameños hicieran caso al consejo de “si toma no maneje”, muchas calles estarían desiertas).