¡El azúcar de Harry!
El expresidente Ricardo Martinelli cuenta el contexto histórico y económico qué está detrás de la persecución que le ha montado el magistrado de la Corte Suprema, Harry Díaz.
En la vida, antes de empezar una guerra política por los motivos que fuesen, en países chicos como Panamá, hay que ver las raíces internas del problema porque casi todos somos amigos, parientes, vecinos, socios, etcétera.
Es difícil hacer una transformación vía una persecución política porque lo que hagas toca intereses por todos lados y debes ver la raíz del porqué de cada cosa. Las consecuencias son predecibles y los resultados no son efectivos. Las heridas que quedan son difíciles de sanar y al final todo se sabe, aunque parezcan muy inverosímiles de creer las tramas y el porqué de cada cosa.
Estoy de acuerdo con que las transformaciones hay que hacerlas independientemente de sus consecuencias y ramificaciones, eso sí, siempre actuando de acuerdo con la ley, de lo contrario, traen funestas consecuencias que salen muchos años después. Esto trae a colación mi actual problema con el injusto e ilegal proceso que se me lleva en la Corte por el magistrado Harry Díaz. Este empieza en 1910, cuando por medio de una ley se cierran en el país todos los ingenios y por economía de escala solo quedarían el ingenio de la familia Chiari y el de la familia Del Valle/Penso/D'nello.
Todos los demás fueron forzados a cerrar, incluyendo el ingenio de Potrerillos de la familia Fonseca Mora y el de la familia Varela, en Pesé. Ambos pasaron a tener acciones del ingenio Del Valle/Penso.
El magistrado Harry Díaz se casa con una heredera de la familia Del Valle y era su suegro el gran amigo Boby D'nello. O sea, tanto los Varela como los Fonseca Mora son socios en Azucarera Nacional S.A.
El PRD privatizó dos ingenios estatales que producían solo azúcar morena (posteriormente sacaron el blanco directo) y tenían un cuasiarreglo para que solo comercializaran esa pequeña parte de su azúcar localmente. Nosotros entramos de socios en uno de estos ingenios, La Victoria de Santiago, y en 1999 fui ministro del Canal en la administración de Mireya Moscoso.
Por motivos que desconozco, en el 2000, los dos ingenios "originales" pidieron al Gabinete una reunión para exponer por qué se estaba exportando azúcar morena y procesada en otro país como azúcar refinada y se reintroducía a Panamá como "perfeccionamiento del activo", algo que es totalmente legal en Panamá, pero que rompía el monopolio de estas dos empresas, las cuales habían inclusive formado una empresa distribuidora llamada Servicios Generales S.A., que al establecerse la Clicac tuvo que cerrar por prácticas monopolísticas. Esta empresa abusó por 90 años del consumidor panameño y a ese "juicio" con el Gabinete, asistieron Erick Antonio Del Valle y el ahora magistrado Harry Díaz, en representación de su ingenio. No asistió nadie del otro ingenio.
Ese día les tuve que dar una paliza a esos abusadores, que ahora, dicho sea de paso, están en una intensa pelea familiar, en la que la firma forense del exmagistrado Mejía es la representante de la familia Del Valle en la parte de Harry Díaz, y que ambos ya han sido señalados de estar tratando de influir en fallos. Lo irónico de esto es que el magistrado Díaz trató de ofrecerme acciones de ese ingenio con tal de que yo ayudara en la pelea legal, cosa que rehusé, pero me informan que él ha "tratado" de ayudar a resolver los problemas legales entre las familias.
Qué irónico es pensar que lo que parecía ser un pase de factura, al no ser Harry Díaz presidente de la Corte (2014-2016), es en verdad una rencilla personal relacionada con la venta de azúcar. El estilo de vida de alguien sin "recursos aparentes" es justificado por las entradas de su cónyuge, quienes se quejan de que ya el negocio no es como era antes, por lo tanto, siendo yo el responsable de esto, es que este individuo piensa "ajustar" una factura para justificar que él sí "produce" al sustento familiar.
Bastante tiene que ver el socio Varela, pero no es el único responsable ni la aguda diligencia que hace para violar todos mis derechos. Esto todo tiene que ver con el azúcar, no con leyes. Hay algo de “vendetta” del Gobierno, pero creo que hay mucho más del otro lado con azúcar. ¿Qué opina usted?
Etiquetas