Quiere contribuir al mundo con más de sus filmes
Con 66 años y más de un centenar de películas, el incansable actor chino Jackie Chan dice a Efe que ha logrado interpretar los papeles con los que siempre soñó y ahora, sin dejar el séptimo arte, busca dar "una contribución mayor al mundo" con proyectos medioambientales y filantrópicos.
"A menudo interpreto a hombres que aman la paz y verdaderamente creo que nuestros enemigos se pueden convertir en nuestros amigos. Quiero participar más en la protección ambiental, en la protección de los demás y en trabajo de caridad. Quiero propagar mensajes importantes a mi alrededor y a mi audiencia", aseguró el actor.
Chan atiende estos días, vía correo electrónico, a medios mexicanos por la llegada a plataformas bajo demanda del país del film "The Knight of Shadows: Between Yin and Yang".
Director, actor, productor, acróbata, maestro de artes marciales, escritor e incluso músico son algunas de las palabras que describen a Jackie Chan, nacido en Hong Kong en 1954, quien paradójicamente asegura no saber hacer "otra cosa más que películas".
Sus grandes habilidades y múltiples talentos fueron desarrollados luego de que sus padres decidieran inscribirlo en la Escuela de Ópera de Pekín, donde obtuvo diversos y arduos entrenamientos durante su estancia.
Con tan solo 8 años, Chan ya había debutado en cine y antes de cumplir los 20 años ya había trabajado en al menos 25 películas como actor o como doble de acción. Pero el inicio no fue sencillo, sus primeras incursiones cinematográficas fueron pequeñas y sus papeles protagonistas, al principio, poco exitosos.
Esta situación era algo que lo preocupaba pues "hacer una película poco taquillera significaba que no habría oportunidad de hacer otra", apunta.
"Hubo un periodo de mi vida en el que me sentía perdido y no sabía qué dirección tomar. Finalmente me puse una meta y decidí ser un coreógrafo de acción, desde ese momento no me volví a estancar y paso a paso me fui convirtiendo en lo que soy hoy", asegura.
Chan fue parte de películas icónicas como "Enter the dragon" (1973) donde compartió créditos con Bruce Lee, el considerado artista marcial más influyente de todos los tiempos, que tras su muerte dejó un vacío en las cintas del género y dio paso a imitadores.
No así, Jackie Chan fue construyendo su propia personalidad y adquiriendo el reconocimiento del público -sus fanáticos lo llama el rey del Kung Fu- al equilibrar la comicidad en sus películas con la seriedad de sus complejas coreografías.
"Cuando las películas que hacía comenzaron a ser más exitosas empecé a elegir mis papeles cuidadosamente, también comencé a producir y dirigir a la vez y al fin pude hacer las cosas que yo quería. Aún ahora hay muchas cosas que me gustaría probar", afirma el acróbata.