Algunas víctimas, con el solo hecho de ver que los amenazan y los apuntan con un arma de fuego, quedan congelados y obedecen casi por obra divina al mandato del o los ladrones sin ofrecer resistencia alguna.
Todo con tal de salvar la vida.Isai Rodríguez, de 22 años, se suma a las estadísticas de robos de