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Decomisadas 4 toneladas de cocaína en operación internacional
La mercancía se transportaba en "ganchos ciegos" o la introducían en las propias mercancías legales en algún punto de tránsito de Panamá o Colombia.
Las fuerzas de seguridad españolas, en colaboración con la DEA norteamericana y las policías de varios países latinoamericanos, localizaron cuatro toneladas de cocaína en distintas intervenciones llevadas a cabo en el puerto de la ciudad de Valencia (este de España). Panamá aparece en la operación como uno de los puntos de embarques.
La droga estaba oculta en seis contenedores que transportaban mercancía muy diversa como folios, sacos de azúcar, nueces de California, pulpa de piña e incluso el armazón de un autogiro, detallaron este viernes los investigadores en una rueda de prensa.
La actuación policial en España formaba parte de una operación denominada Crankbrook Marchica que se saldó con once detenidos, la mayoría españoles (salvo dos holandeses y un costamarfileño).
Estuvo también coordinada junto con cuerpos policiales de Brasil, Costa Rica, República Dominicana y Colombia, así como de Holanda, país receptor de la droga.
Personal del Puerto de Valencia, con acceso a determinadas instalaciones, hizo uso de sus privilegios o los facilitaba a terceros para acceder y recuperar diferentes partidas de droga, según las investigaciones.
"No son trabajadores propios del puerto sino gente que tenía un vínculo, como camioneros, que metieron un tráiler en las instalaciones portuarias", apuntó Santos Bernal, jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional española.
En apenas "tres o cuatro semanas" se incautaron 3.800 kilogramos de cocaína en seis contenedores procedentes de distintos países sudamericanos, indicó.
Las primeras investigaciones se iniciaron el pasado abril, en pleno estado de alarma por la pandemia cuando las organizaciones latinoamericanas aprovecharon para "incrementar su actividad de cocaína a Europa" al pensar que las estructuras policiales estarían "con la guardia más baja", explicó el teniente coronel del unidad especializada en narcotráfico de la Guardia Civil, Jesús García.
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La mercancía se transportaba en "ganchos ciegos" o la introducían en las propias mercancías legales en algún punto de tránsito de Panamá o Colombia, como en envíos de paquetes de folios, en el interior de sacos de azúcar, en bidones de pulpa de piña, nueces de California e incluso entre el armazón de un autogiro.
En el tercer y cuarto contenedor se detuvo a nueve personas y se intervinieron 5 vehículos, un camión remolque y diverso material de telecomunicaciones encriptado e inhibidores de frecuencia para burlar posibles investigaciones policiales.
El último contenedor intervenido procedía de Costa Rica, con 1.862 kilos de cocaína ocultos en mochilas preparadas para su extracción en un cargamento de pulpa de piña "sin disimular entre la carga".