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El 14% de familias cree que su hijo es alérgico a la leche y solo lo es el 1%
Científicos se dieron cuenta de que la prescripción de sustitutivos para bebés con alergia a la leche de vaca aumentó significativamente entre los años 2000 y 2018 en países como Australia e Inglaterra, sin que hubiera pruebas de un incremento del rechazo a este tipo de leche.
El 1 % de los bebés y niños europeos tiene alergia a la leche de vaca, sin embargo hasta el 14 % de las familias creen que sus hijos tienen esta afección, una disparidad que puede estar en el tipo de pautas médicas que se usan para diagnosticar este rechazo alimenticio.
Esta es la principal conclusión de un estudio que publica la revista JAMA Pediatrics y para el que científicos del Imperial College London y la Universidad de Sechenov de Moscú analizaron nueve directrices oficiales que se utilizan para establecer la alergia a la leche de vaca y que fueron publicadas entre 2012 y 2019, y varios estudios científicos.
Regístrate Aquí Estas pautas procedían de una serie de organizaciones médicas de varios países, principalmente de Europa.
El equipo observó que muchas de las instrucciones nombraban síntomas como el llanto excesivo, la regurgitación de la leche y las heces blandas como indicadores de alergia a la leche de vaca, aunque los autores del estudio argumentan que estos síntomas son muy comunes en bebés con buena salud, señala un comunicado del Imperial College London.
En concreto, los investigadores constataron en un estudio europeo que siguió a 12.000 lactantes en nueve países, que menos del 1 % de estos presentan alergia a la leche de vaca; sin embargo, en otros trabajos científicos analizados vieron como hasta el 14 % de familias creen que su hijo tiene alergia a este alimento.
Asimismo, los científicos se dieron cuenta de que la prescripción de sustitutivos para bebés con alergia a la leche de vaca aumentó significativamente entre los años 2000 y 2018 en países como Australia e Inglaterra, sin que hubiera pruebas de un incremento del rechazo a este tipo de leche por parte de los menores.
El equipo también observó que siete de las nueve pautas médicas aconsejaban a las mujeres que daban el pecho eliminar todos los lácteos de su propia dieta si sospechaban que su hijo era alérgico a la leche de vaca.
Sin embargo, advierten los científicos, un análisis de 13 estudios sobre la composición de leche materna sugiere que menos de una millonésima parte de la proteína de la leche de vaca pasa a la leche materna, y "esto sería demasiado pequeño para desencadenar una reacción en la mayoría de los niños alérgicos".
Para Robert Boyle, autor principal de esta investigación, un diagnóstico erróneo de la alergia a la leche puede llevar a que no se detecte otra afección con síntomas similares, que las madres que amamantan sigan dietas restringidas innecesariamente o, incluso, que dejen de amamantar por completo.
También puede llevar a que las familias y los servicios nacionales de salud paguen innecesariamente por una "costosa fórmula especializada", alerta Boyle, quien recuerda que el 81 % de los autores de las citadas directrices para diagnosticar la alergia informaron de un conflicto de intereses con los fabricantes de los sustitutos de la leche de vaca.
Un conflicto de intereses, recuerda este científico del Imperial, significa recibir financiación de una empresa.
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