Enzima del champiñón para luchar contra la hepatitis C
La tirosinasa es una enzima presente en el champiñón blanco (Agaricus bisporus) que tiene esa actividad antiviral mediante un mecanismo de inhibición distinto al de los fármacos habituales, por lo que podría contribuir al desarrollo de agentes terapéuticos prometedores, indica el CSIC
Una enzima del champiñón blanco tiene una acción antiviral con el virus de la hepatitis C e inhibe su multiplicación, según demostró "in vitro" un equipo que colidera el español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La tirosinasa es una enzima presente en el champiñón blanco (Agaricus bisporus) que tiene esa actividad antiviral mediante un mecanismo de inhibición distinto al de los fármacos habituales, por lo que podría contribuir al desarrollo de agentes terapéuticos prometedores, indica el CSIC
Los investigadores demostraron que la tirosinasa y particularmente una isoforma (una variante de la enzima) son eficientes en concentraciones micromolares (una millonésima parte de la masa de las moléculas) e inhiben completamente la replicación del virus de la hepatitis C en células hepáticas humanas.
La isoforma presente una capacidad antiviral hasta diez veces superior a la del fármaco comercial Ribavirina, actualmente empleado en combinación en muchos tratamientos, señala José Miguel Palomo, investigador del CSIC en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica, que participó en el estudio.
LEE TAMBIÉN: TODAS NUESTRAS NOTICIAS AQUÍEl estudio también demuestra que las enzimas extraídas directamente del champiñón no presentan toxicidad en células hepáticas, por lo que “podrían usarse como proteínas para el tratamiento de la infección provocada por la hepatitis C”.
Esta preparación de tirosinasas podría convertirse en un agente terapéutico prometedor, un fármaco “de muy bajo coste para el tratamiento del virus, que podría usarse como sustituto o en combinación con otros fármacos”, destaca Palomo.
La fabricación de un fármaco a partir de las tirosinasas del champiñón supondría una gran reducción de costes, pues los tratamientos actuales cuestan unos 60.000 euros (unos 67.831 dólares) por paciente.
El grupo de investigación quiere desarrollar ensayos “in vivo” de este tipo de compuestos para demostrar su potencial como fármaco. EFE