RedacciónLa doñita Marquesa, la bellísima supermillonaria quitafrío del magnate don Frank, tuvo que contratar empleados adicionales porque se celebraría una rumbosa fiesta con motivo del compromiso de la señorita de la casa, la escultural Lucerito, quien contraería matrimonio con un paciero jovenzuelo de la alta sociedad francesa, de quien se decía que era descendiente del rey Luis XVI, a quien guillotinaron durante la Revolución Francesa y por lo tanto, perteneciente a la rancia nobleza de la patria de Napoleón, Robespierre, De Gaulle, Brigitte Bardot y de la preciosa Laetitia Casta.Hicieron hasta un arco de flores para recibir al pacierazo francés, y mientras tanto, Lucerito escogía el vestido que le hiciera lucir más sexi, porque no quería decepcionar a ese gran partido, que envidiarían las otras guialcitas de la mejor sociedad.
Tenemos que decir que en el palacete de doña Marquesa trabajaba como doméstica una linda cholita oriunda del pueblecito de La Guayaba, de nombre Porfiria, residente en el patio limoso de la vieja casa de inquilinato.
Doña Marquesa mandó a llamar a la curvilínea Porfiria y le dijo alarmada que había olvidado contratar a un