Sigue siendo el ‘MANDAMÁS’
Hoy se cumplen 20 años de la muerte del “Mandamás” de la música típica, Victorio Vergara, y todavía son muchas las personas que recuerdan aquel 18 de julio cuando se reveló la noticia de que el tipiquero había sufrido un derrame cerebral.
Uno que no olvida ese momento es Álvaro Alvarado, quien conoció y se hizo un gran amigo de Victorio. Según reveló en una entrevista en Tu Mañana, ese día celebraba el bautizo de su hija Grace Michelle, quien tenía cuatro meses, y el cumpleaños de su hermano, cuando recibió la llamada de Fredy Velásquez para informarle que Victorio había sufrido un derrame cerebral.
Álvaro confesó que el “Tigre de la Candelaria”, como también se le conocía al músico, fue quien lo introdujo en el mundo de la organización de eventos típicos.
Alvarado recordó algunos momentos que compartió con el tipiquero, a quien describió como una persona humilde, desprendida, que logró una fortuna a punta de esfuerzo y sacrificio. Afirma que Victorio le confesaba que era muy poco lo que cobraba en los bailes, y en ocasiones se iba a casa “limpio”, sin un centavo, prefería pagarles a sus músicos.
Promesa
Álvaro reveló que por su gran amistad con Victorio, prometió frente a su tumba que mientras él tuviera vida y un megáfono, propagaría su música y hablaría de su vida, y hasta el día de hoy ha cumplido su promesa.
El comunicador recordó que el sepelio de Victorio fue el más multitudinario, desde que salió de la Iglesia del Carmen, en la vía España su cuerpo fue llevado en caravana a la Iglesia Santa Librada en Las Tablas.
Allí, Dorindo Cárdenas le interpretó la “Manizaleña”, ya que los músicos habían hecho un pacto, tal y como lo hacen los intérpretes de Vallenato, y era que si Victorio moría, Dorindo debía cantarle dicha melodía, y Victorio tenía que cantarle el “Mogollón”, pero fue Cárdenas quien tuvo que cumplir la promesa.
En 1961, al lado de Dorindo Cárdenas, y con tan solo 17 años, Victorio Vergara Batista hace su debut en el Jardín Royal Gin, en la ciudad de Las Tablas, e irónicamente justamente para la fiesta de la Patrona, 37 años después de sus inicios, su voz se apaga, pero queda en el recuerdo de miles de panameños.