La petición para que Richard Parra dirija a una selección nacional no es algo nuevo. Es una oportunidad negada desde el 2001. Lo recuerdo perfectamente, porque era mi primer trabajo en una emisora que ya cerró (Caracol).
En el inicio de mi carrera fui testigo de aquella presión y movimientos contra Parra. Vi como al aire se decían mentiras, yo estaba iniciando, no entendía bien el asunto. Hasta supuestas amenazas y una persecución en la carretera Colón-Panamá, en la cual estuvimos involucrados, pero que nunca me creí. Todo esto lo puede respaldar Jhonny Mosquera, entonces mi compañero de labores.
Al final quedó otro buen técnico y profesional a cargo de aquel equipo de categorías menores. Nadie duda del talento y conocimiento de Gary Stempel. No se trata de quién es mejor. No, se trata de contar.
Si cambiásemos los personajes, la historia hubiese sido distinta, lógicamente, no sé si para bien o para mal. Eso es jugar a ser dueño del tiempo y el destino, y sobre eso los seres humanos no mandamos en nada, solo especulamos. Pero sí es justo que "La Marea Roja" lo recuerde y el que no lo sabía se dé por enterado.
Y así pasan los años y los títulos se suman en sus vitrinas. Pero la Fepafut prefiere a los paraguayos (fracasón Sub-23), a los italianos y su vida Berlusconiana (otro fracasón Sub-20 y Sub-17) y gusta de los tipos de gabardinas (Guimaraes). Su 2008 y 2009 están marcado por contrataciones de técnico extranjeros. Inclusive hasta Gonzalo Soto tuvo su oportunidad, en alguna ocasión.
Así es la vida. Otra vez Parra sale campeón y estoy seguro de que había más de uno cruzando los dedos para que no pasara, porque otra vez se armaría esta batalla. Pero bueno, ellos mandan, yo opino. Pero no creo que la dirigencia del �rabe vea esto como algo pasajero. Tampoco su fanaticada. Porque si le damos oportunidades a desconocidos que no han ganado nada, �por qué no a Richard?
Vamos para una década ya con la misma historia. Y es mi responsabilidad contarla. Así es y al que no le guste, pues que no me lea, que pase la página. Pero todo esto es verdad, Parra paga el precio de no ser un "Yes Jefe". Aunque en una elección de Junta Directiva hay que ver qué pasa. El tema no está cerrado. Los diálogos son para las personas inteligentes. Y olvidar es de hombres sabios. Saludos y nos vemos en este su espacio, caro lector.