Códigos supersecretos
Por: LUIS ALBERTO GIRALDO MUÑOZ/ @ProfeGiraldo -
La gravísima lesión de Román Torres podría romper uno de los códigos supersecretos del fútbol.
La Federación Panameña de Fútbol (Fepafut) y el director técnico de nuestra selección, Hernán “El Bolillo” Gómez, se encuentran en una difícil encrucijada: convocar o no convocar a Felipe Baloy (en el papel), el sustituto natural para reemplazar al MAZINGER.
A todas luces salta a la vista que la NO convocatoria de Baloy en el proceso de “Bolillo”, va más allá que una decisión de carácter técnico. El excapitán de la “sele”, aunque no atraviesa por su mejor momento futbolístico (los años no pasan en vano y recuperándose de una larga y grave lesión), pide a gritos una convocatoria al DT y a la Fepafut.
Ante este panorama que acapara el interés de propios y extraños a través de los medios (Radio, TV, Prensa y redes sociales), la presión para “El Bolillo” y la Fepafut aumenta considerablemente para convocar al actual jugador del Atlas del fútbol mexicano.
En estos momentos ni la actitud de “El Bolillo” ni de la Fepafut (tampoco la de Baloy) favorecen para tranquilizar a los medios de comunicación y a los aficionados que, ante la total falta de transparencia y valentía para decir las cosas por su nombre, hacen cualquier clase de conjeturas. Y lo entiendo. Y también lo comparto.
La conclusión es que ni “El Bolillo” ni la Fepafut quieren a Baloy en la “sele”, aunque se lesionen todos los defensas del fútbol panameño, de cara a unas complicadas e inminentes eliminatorias mundialistas.
¿Existe un CÓDIGO SUPERSECRETO que ni “El Bolillo”, tampoco la Fepafut, y menos los jugadores se atreven a revelar?
Si “El Bolillo” ni la Fepafut y, quien sabe, algunos jugadores, no aceptan al excapitán de nuestra selección, debemos respetar su decisión.
Porque primero es la tranquilidad en los vestuarios que la supuesta solución que podría aportar Felipe Baloy al equipo de todos.
Estoy totalmente de acuerdo que los códigos del fútbol deben respetarse, es un asunto secreto. Porque lo que ocurre en los vestuarios debería quedarse en los vestuarios.
La pelota nunca debería mancharse. Así dicen…