¿Dónde radica el problema?
La derrota de Alberto “Metralleta” Mosquera a manos del venezolano Charlie Navarro acabó con el último prospecto de cara a coronar el trigésimo campeón mundial en la
La derrota de Alberto “Metralleta” Mosquera a manos del venezolano Charlie Navarro acabó con el último prospecto de cara a coronar el trigésimo campeón mundial en la historia del boxeo panameño.
Como dije en una de mis columnas anteriores, en el horizonte no veo a nadie que pueda tomar esta bandera.
Inclusive, el propio “Metralleta” es uno de los que está en la lista negra de los peleadores panameños que han intentado acabar con la maldición del trigésimo campeón mundial. Son 13 en total, en 15 intentos, los púgiles istmeños que han fracasado, porque tanto Ricardo “El Matemático” Núñez como Walter Tello han desperdiciado conquistar la gloria en dos oportunidades.
Lo lamentable es que esta mala racha nace luego de la coronación de Luis “El Nica” Concepción como campeón interino mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el 5 de septiembre de 2009. Hablamos de cuatro años y nueve meses en que nuestro boxeo ha sido pisoteado y revolcado como un trapo sucio y pestilente.
Pero me queda claro que la crisis del boxeo panameño va más allá de esta catastrófica estadística. Muestra de ello es que hoy contamos con un solo campeón mundial en la figura de Anselmo “Chemito” Moreno. Pero claro está, no cualquier monarca, orgullosamente es uno que tiene sobre sus hombros 12 defensas oficiales.
Aquí está entonces la grandeza de “Chemito”, porque a pesar de la crisis, ha demostrado tener la fórmula para mantenerse firme en el trono desde el 31 de mayo de 2008, fecha en que se adueñó del título gallo de la AMB en Alemania. Pero lo más extraordinario del reinado de “Chemito” es que su trono lo ha defendido en seis ocasiones en el extranjero.
Y entonces, si “Chemito” lo ha logrado, ¿por qué los otros boxeadores panameños no han podido copiarlo?
Al final creo que el éxito de “Chemito” radica en su disciplina y sacrificio que, a mi parecer, son dos cualidades que hoy brillan por su ausencia en la nueva camada de los boxeadores panameños.