El último globose ha desinflado
Allí estaba sobre la lona, de rodillas, con el rostro maltrecho, el panameño Alberto “Metralleta” Mosquera, mientras levantaba su guante derecho para hacer una señal de
Allí estaba sobre la lona, de rodillas, con el rostro maltrecho, el panameño Alberto “Metralleta” Mosquera, mientras levantaba su guante derecho para hacer una señal de que no iba a continuar. Se esfumaba aquella noche del miércoles en el hotel Riu, la última promesa del boxeo panameño.
Así de drástico lo pongo hoy, porque es la triste y lamentable realidad que me explota en el rostro. Y es que a mi juicio Panamá se ha quedado sin grandes aspirantes a coronas mundiales en el boxeo.
Aclaro que a ese punto había llegado desde mucho antes de que “Metralleta” tropezara con el venezolano Charlie Navarro el último miércoles. Incluso, a este hijo del barrio de Curundú lo saqué de mi lista de aspirantes para conquistar una corona mundial desde que el 22 de octubre de 2011 falló en su intento de convertirse en campeón mundial interino superligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Recuerdo claramente ese episodio negro de nuestro boxeo cuando a Mosquera le adelantaron su regalo de Navidad. Le fue servida en bandeja de plata la oportunidad para reinar, pero falló ante el italiano Brunet Zamora, un “viejito” que estaba a tres días de cumplir 37 años.
Hoy Mosquera era la última esperanza para muchos fanáticos del boxeo. Un globo desinflado que se ha transformado en una alerta roja porque, para mí, no hay en el horizonte un prospecto que pinte para ser campeón del mundo, cosa que no sucedía años atrás, en el que saltaban a la vista los nombres de Celestino “Pelenchín” Caballero, Roberto “La Araña” Vásquez, Vicente “El Loco” Mosquera, Ricardo “El Maestrito” Córdoba, Anselmo “Chemito” Moreno o el difunto José “Maco” Arboleda.
Creo que es hora de que tanto entrenadores como promotores y miembros de la Comisión de Boxeo Profesional de Panamá se sienten a revisar con urgencia esta crisis. Incluso, estoy convencido de que una solución está en la base, en el boxeo aficionado. En este escalón hay que trabajar arduamente de forma urgente, además de la capacitación científica de los entrenadores.