La Roja, los pies sobre la tierra
Se dice que para aprender se debe jugar con los grandes. Aunque, desde mi percepción, creo que más que aprender, jugar con los grandes sirve para desnudar
Se dice que para aprender se debe jugar con los grandes. Aunque, desde mi percepción, creo que más que aprender, jugar con los grandes sirve para desnudar nuestra realidad, para ponernos, como se dice en buen panameño, “en nuestro lugar” y, en consecuencia, “bajar de las nubes” a ciertos jugadores que están más interesados por estar “pegados” en el mundo de la farándula que del fútbol, que están más preocupados en estar enterados sobre lo que se dice de ellos que de lo que pueden hacer en la cancha. Y bien lo dijo 'El Bolillo': nos falta, y un montón. También el DT colombiano acertó al decir que el jugador debe centrarse más en lo suyo, que es jugar al fútbol.
Las redes sociales ratifican mi teoría. En la antesala del duelo ante Brasil, hubo jugadores que se volvieron 'locos' en el Twitter. Una caricatura de un diario local, que consideraban una ofensa, les robó buena parte de la calma y del tiempo que debieron dedicar al desafío que se les venía encima. Imagínese usted, perdieron los estribos antes de empezar el juego, y no cualquier juego, ni rival.
Con el corto tiempo de preparación, considero que la Roja –desde el punto de vista de los resultados-- sale bien librada de los juegos ante Serbia (1-1) y Brasil (4-0). Caer por goleada ante el pentacampeón era algo muy previsible en el menú. Aunque más allá del análisis “resultadista”, hubo jugadores que demostraron que su manera de jugar es --al parecer-- incorregible, que es el caso de Armando Cooper (individualista), y otros, como Nelson 'El Russo' Barahona, de quien nunca se sabe qué esperar: un día te echa un partido de diez y luego... bueno. Y en esto sí estaba de acuerdo con Julio Dely, “prefiero al jugador constante”.
Espero que las palabras de “El Bolillo” (“hay que pisar duro la tierra y darnos cuenta de que nos falta”) no vayan a dar a un saco roto. Esperemos que los jugadores capten el mensaje que muy claramente el nuevo seleccionador les ha enviado. Y es que el problema de la selección no solo pasa por lo futbolístico, sino también por mejorar algunas actitudes que pueden “dinamitar” la unión del grupo. El proyecto Rusia 2018 requiere de humildad, ante todo, porque no hemos ganado nada.