Golazo - 31/1/14 - 02:25 PM
Thiago Silva dispuesto a "morir por Neymar"
El defensa sabe que el pueblo brasileño les va a poner una gran presión en el Mundial, porque "hay gente que no concibe que no se gane todo el rato", pero acepta el envite.
El capitán de la selección brasileña, Thiago Silva, destaca el buen ambiente que reina en el equipo, donde todos están "dispuestos a dar lo mejor por los compañeros" y donde él mismo se dice "listo a morir por Neymar" si fuera necesario.
"En este grupo no hay nadie capaz de romper el buen ambiente. Puede que uno gane más dinero, que sea más guapo, que se sienta más feliz. Pero no hay mala onda. Si tengo que correr para Neymar, correré para Neymar. Si tengo que morir por Neymar, también lo haré", afirma el jugador en una entrevista que mañana publica la revista semanal del diario "LÉquipe".
El defensa del París Saint-Germain se muestra seguro de que el atacante del Barcelona le devolverá "todos los sacrificios" y que "en un momento u otro puede darte una victoria".
Thiago Silva cree que el "fútbol arte" todavía no ha muerto y que Neymar es el mejor representante de esa forma de concebir el juego, con alegría.
El capitán asume que Brasil es favorita para ganar el Mundial, porque "siempre lo es" y, además juega en casa, pero afirma que respeta a todos sus adversarios y reconoce que "no será fácil".
Para Silva, "una victoria en el Mundial ayudaría a mejorar la situación del país".
El jugador recuerda que, durante la pasada Copa de Confederaciones, la concentración brasileña sintió la protesta de la calle y se sintieron "cercanos de esa oleada de protesta social que agitó Brasil".
"Todos queremos un Brasil mejor. Sabíamos que no teníamos que dejarnos impregnar por este clima particular, pero también que nuestra forma de ayudar a un Brasil mejor era formar un equipo de carácter que ganara la competición", afirma.
El jugador asegura que durante aquella competición los aficionados entonaban "a capella" el himno brasileño una vez que había acabado el oficial y que eso lo percibieron como "un eco de las manifestaciones callejeras".
"Significaba también que el fútbol, más que salir dañado, tenía que buscar esa energía nueva, en conexión con el pueblo", indica.
Thiago Silva reconoce que actualmente "Brasil no practica el mejor juego del mundo", pero que su fuerza reside "en tener un vivero inagotable, en perpetua renovación".
"Brasil será siempre una formidable fábrica de talentos. La materia prima viene de todos los lados, de la calle, de la playa, de los campos de tierra, del fútbol sala,...", dice
Recuerda sus inicios, "con los pies descalzos en la calle", como "el tiempo de la inconsciencia", en contraste con las responsabilidades que tiene hoy como capitán de Brasil y del PSG.
El defensa sabe que el pueblo brasileño les va a poner una gran presión en el Mundial, porque "hay gente que no concibe que no se gane todo el rato", pero acepta el envite.
"Este Mundial será un momento único en nuestras vidas. Ser campeón del mundo en nuestra tierra nos marcará hasta el final de nuestras vidas. La generación de 1950 (que perdió la final contra Uruguay en el llamado "maracanazo") nunca pudo conocer esa alegría y, todavía hoy, se siente aquella desilusión", señala.
La Copa de Confederaciones, dice, ha vuelto a hacer que los rivales respeten a Brasil y el ambiente que se vive en Maracaná: "Los jugadores españoles se dieron cuenta ese día".
El capitán no quiso entrar sobre las polémicas sobre el final de las obras de los estadios.
"En este grupo no hay nadie capaz de romper el buen ambiente. Puede que uno gane más dinero, que sea más guapo, que se sienta más feliz. Pero no hay mala onda. Si tengo que correr para Neymar, correré para Neymar. Si tengo que morir por Neymar, también lo haré", afirma el jugador en una entrevista que mañana publica la revista semanal del diario "LÉquipe".
El defensa del París Saint-Germain se muestra seguro de que el atacante del Barcelona le devolverá "todos los sacrificios" y que "en un momento u otro puede darte una victoria".
Thiago Silva cree que el "fútbol arte" todavía no ha muerto y que Neymar es el mejor representante de esa forma de concebir el juego, con alegría.
El capitán asume que Brasil es favorita para ganar el Mundial, porque "siempre lo es" y, además juega en casa, pero afirma que respeta a todos sus adversarios y reconoce que "no será fácil".
Para Silva, "una victoria en el Mundial ayudaría a mejorar la situación del país".
El jugador recuerda que, durante la pasada Copa de Confederaciones, la concentración brasileña sintió la protesta de la calle y se sintieron "cercanos de esa oleada de protesta social que agitó Brasil".
"Todos queremos un Brasil mejor. Sabíamos que no teníamos que dejarnos impregnar por este clima particular, pero también que nuestra forma de ayudar a un Brasil mejor era formar un equipo de carácter que ganara la competición", afirma.
El jugador asegura que durante aquella competición los aficionados entonaban "a capella" el himno brasileño una vez que había acabado el oficial y que eso lo percibieron como "un eco de las manifestaciones callejeras".
"Significaba también que el fútbol, más que salir dañado, tenía que buscar esa energía nueva, en conexión con el pueblo", indica.
Thiago Silva reconoce que actualmente "Brasil no practica el mejor juego del mundo", pero que su fuerza reside "en tener un vivero inagotable, en perpetua renovación".
"Brasil será siempre una formidable fábrica de talentos. La materia prima viene de todos los lados, de la calle, de la playa, de los campos de tierra, del fútbol sala,...", dice
Recuerda sus inicios, "con los pies descalzos en la calle", como "el tiempo de la inconsciencia", en contraste con las responsabilidades que tiene hoy como capitán de Brasil y del PSG.
El defensa sabe que el pueblo brasileño les va a poner una gran presión en el Mundial, porque "hay gente que no concibe que no se gane todo el rato", pero acepta el envite.
"Este Mundial será un momento único en nuestras vidas. Ser campeón del mundo en nuestra tierra nos marcará hasta el final de nuestras vidas. La generación de 1950 (que perdió la final contra Uruguay en el llamado "maracanazo") nunca pudo conocer esa alegría y, todavía hoy, se siente aquella desilusión", señala.
La Copa de Confederaciones, dice, ha vuelto a hacer que los rivales respeten a Brasil y el ambiente que se vive en Maracaná: "Los jugadores españoles se dieron cuenta ese día".
El capitán no quiso entrar sobre las polémicas sobre el final de las obras de los estadios.