Decide morir agobiada por sus enfermedades psiquiátricas

Han transcurrido casi siete meses desde que el mundo entero se estremeció con la historia de la vida y muerte de Aurelia Brouwers, una joven de tan solo 29 años que recurrió a la clínica del "fin de la vida" (Levenseindekliniek), en La Haya (Holanda), para que se autorizara su eutanasia por elección, debido a las diversas enfermedades psiquiátricas que ella sufría desde que tenía 12 años.

Fue el 31 de diciembre de 2017 que Aurelia recibió la tan esperada llamada a través de la cual le fue notificada que su eutanasia había sido aprobada para realizarse el 26 de enero de este 2018, luego del exhaustivo análisis de su caso. Pero, lejos de lo que muchas personas pudieran pensar esta decisión no fue tomada a la ligera pese a que en Holanda se aprobó en el año 2002 una ley que así lo permite.

La joven narró que se vio obligada a acudir a Levenseindekliniek ya que sus médicos no aprobaban su solicitud a pesar de que a lo largo de su vida sufrió de diversas enfermedades psiquiátricas como trastorno de apego, depresión crónica, tendencias suicidas crónicas, ansiedad, psicosis, escuchaba voces y principalmente padecía trastorno límite de la personalidad.

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En una nota publicada esta semana por el portal BBC News, se detalla que en el caso de enfermos psiquiátricos el sufrimiento, pese a que no es físico si no mental, es muy grande.

El psiquiatra Frank Koerselman, sustentó que en el caso de Aurelia Brouwers, ella recibió tratamiento, siguió terapia y tomó medicamentos, según destaca el reportaje.

En el caso de Aurelia, destaca la nota, el sufrimiento que ella sentía era tan grande que intentó quitarse la vida en más de 20 ocasiones, con tan buena fortuna que sus pulmones y corazón estaban sanos que logró sobrevivir.

La historia de Aurelia fue reseñada por la cadena de televisión holandesa RTL Nieuws, cuyo equipo de producción la siguió durante dos semanas previas al día en que estaba establecido moriría.

El documental recopila lo que ella hizo durante las últimas semanas que estuvo viva, qué servicio religioso escogió, y hasta el momento mismo en el que le da la espalda al periodista, Sander Paulu, RTL Nieuws y se fue a su recámara, bebió el veneno que le fue suministrado por un médico, que no se reveló cuál fue específicamente, se acostó y se durmió para siempre.

En su cuenta de Instagram Aurelia colgó diversas publicaciones que hablan de su sufrimiento, esperazas y paz interior al saber que le permitirían morir.

Con información de BBC News