Influencia del entorno

Un equipo de biólogos europeos, liderado por la doctora Seirian Sumner, una bióloga inglesa de la Universidad de Bristol (UK), interesada en temas de evolución molecular

Delfia Cortez / Delfia Cortez

Un equipo de biólogos europeos, liderado por la doctora Seirian Sumner, una bióloga inglesa de la Universidad de Bristol (UK), interesada en temas de evolución molecular e insectos sociales, realizó recientemente en Panamá un estudio sobre avispas. Se trata de un proyecto que involucra a la primitiva avispa tropical Polistes canadensis, la cual es de color marrón y comúnmente es conocida como avispa del papel.

Poblaciones

Las avispas fueron estudiadas en diferentes nidos (o colonias), encontrados principalmente dentro de oficinas de un edificio abandonado de la antigua base militar norteamericana “U. S. Naval Security”, la cual se localiza a un costado del Laboratorio Marino de Punta Galeta del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en el sector de Coco Solo, provincia de Colón.

Para poder estudiar a las avispas el equipo de biólogos capturó centenas de estas y las marcaron con pequeñas etiquetas enumeradas de distintos colores, las cuales fueron pegadas sobre el cuerpo de cada insecto. Los colores fueron asignados para diferenciar a las avispas de acuerdo con cada nido. Luego fueron liberadas para monitorear su comportamiento en el entorno silvestre.

La doctora Solenn Patalano, quien es una bióloga molecular francesa trabajando en la Universidad de Cambridge (UK), nos explicó que también seleccionaron algunas de estas avispas para analizar sus cerebros.

Después de diseccionar los cerebros, aisló los productos del genoma (información genética que poseen los seres vivos) de las avispas y lo analizaron, lo cual ayudó a identificar la parte del genoma que hace que una avispa se comporte como reina (quien realiza la reproducción), otras como obreras (las que sacrifican reproducirse por trabajar).

El equipo está interesado en utilizar esta especie de avispa como modelo científico para entender el funcionamiento del cerebro de las avispas en diferentes castas (o jerarquías sociales) y su adaptación, según el comportamiento dentro del entorno social.

Además, se conoció que las obreras pueden ser especialistas no solamente en una tarea sino también en varias de estas dentro del nido, tales como: construcción, búsqueda de comida, cuidado y protección de larvas (crías), socorrista o defensa contra depredadores, entre otras.

“Estos recursos genéticos sobre los primeros conocimientos en todo el origen de las castas nos acercan a una comprensión más general de la evolución ‘social’ y cómo la diversidad de rasgos tanto físicos como conductuales surgen del mismo genoma”, comentó la Dra. Patalano.

Otros aportes

El doctor Thibault Lengronne, un biólogo francés de la Universidad de Lausanne (Suiza), interesado en el comportamiento de insectos sociales, realizó una parte interesante dentro del proyecto, la cual fue el uso de una novedosa técnica donde etiquetaron a cada una de las avispas con un identificador (o chip) del tamaño de un grano de arroz pegado encima del tórax, que es la parte central del cuerpo de las mismas.

Los científicos se aseguraron de que el chip fuera de un peso igual al 1% de la masa corporal de una típica avispa para asegurarse de que ellas pudieran volar bien. Frente al centro de la entrada a cada nido fue colocada una antena para realizar un rastreo por radiofrecuencia.

La técnica del chip fue utilizada para observar el comportamiento de las avispas y determinar si estas permanecían fieles en su nido original.

Observaciones

Normalmente una avispa obrera debería permanecer como una socorrista en su colonia natal, en lugar de visitar otras colonias ajenas con las que está menos familiarizada. Cualquier avispa que fue rastreada visitando dos o más nidos ajenos durante el periodo del monitoreo, fue definida como una forastera o “drifter”.

El equipo observó que existen muchas obreras forasteras que visitan nidos ajenos como una estrategia para maximizar su supervivencia ayudando en varios nidos emparentados.

En otras palabras, estas avispas cuentan con un comportamiento de “buenas samaritanas” con sus parientes como estrategia para la supervivencia de la especie. Esta estrategia, potencialmente importante como un componente beneficioso de la selección familiar por un insecto trabajador social, había sido pasada por alto debido a la dificultad metodológica en cuantificar y estudiar estos desvíos en las rutas de vuelo de las avispas.

En conclusión, los doctores Sumner, Patalano y Lengronne han proporcionado los primeros estudios sobre una avispa social de Panamá que permiten asociar unos comportamientos sociales dentro de una sociedad con los eventos moleculares que pasen en los cerebros.



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