20 años sin Juan Pablo II
Su papado, que se extendió por casi 27 años, estuvo marcado por su carisma, su lucha contra el comunismo y su incansable defensa de los valores cristianos.
El Vaticano conmemoró este miércoles los viente años de la muerte del papa y santo Juan Pablo II con una misa en la basílica de San Pedro del Vaticano, aunque sin la presenia de Francisco, convaleciente en su residencia.
Su papado, que se extendió por casi 27 años, estuvo marcado por su carisma, su lucha contra el comunismo y su incansable defensa de los valores cristianos.
Karol Józef Wojtyła nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, una pequeña ciudad polaca. Su infancia y juventud estuvieron marcadas por la tragedia: perdió a su madre a los 9 años y a su padre en la adolescencia.
Durante la ocupación nazi de Polonia, trabajó en una cantera mientras realizaba estudios clandestinos para convertirse en sacerdote.
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En 1946 fue ordenado y comenzó su ascendente carrera dentro de la Iglesia, destacándose por su inteligencia y su fuerte compromiso con la fe en tiempos de represión comunista.
Pero fue el 16 de octubre de 1978, tras el breve papado de 33 días de Juan Pablo I, que Wojtyła fue elegido sumo pontífice en el cónclave, convirtiéndose en el primer Papa no italiano en más de cuatro siglos.
Con tan solo 58 años, era también uno de los más jóvenes en asumir el cargo. Su elección fue interpretada como un mensaje político y espiritual en medio de la Guerra Fría, y su impacto no tardó en sentirse en todo el mundo.
Un papado de cambios y controversias
Juan Pablo II recorrió un total de 104 países, más que ningún otro pontífice, a través de los cinco continentes y convirtiéndose en el primer Papa en visitar países con minorías católicas significativas, como Cuba y Egipto. Su presencia en América Latina fue fundamental para fortalecer la fe en la región.
Sus viajes también lo hicieron una figura clave en la caída del comunismo en Europa del Este, especialmente en su Polonia natal. Siendo su influencia reconocida por líderes mundiales como Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov.
Su respaldo al movimiento Solidaridad y su diálogo con líderes mundiales fueron determinantes en la disolución del bloque soviético.
El Santo Padre trabajó activamente en el diálogo interreligioso.
Fue el primer papa en visitar una sinagoga y una mezquita, y lideró encuentros históricos con representantes de diversas confesiones. Su reunión con el Dalái Lama y su constante llamado a la unidad entre cristianos, judíos y musulmanes marcaron hitos en la historia de la diplomacia vaticana.