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Aumenta tensión en frontera intercoreana tras deserción de soldado

El ministro Song Young-moo inspeccionó el mismo punto de la llamada Zona de Seguridad Conjunta (JSA) por donde el pasado 13 de noviembre cruzó al Sur el militar norcoreano.
Soldados norcoreanos observan desde el lado norcoreano de la frontera de ambas Coreas durante la visita del ministro surcoreano de Defensa, Song Young-moo, al área de seguridad conjunta (JSA) en Panmunjom (Corea del Sur) este lunes, 27 de noviembre. EFE

Soldados norcoreanos observan desde el lado norcoreano de la frontera de ambas Coreas durante la visita del ministro surcoreano de Defensa, Song Young-moo, al área de seguridad conjunta (JSA) en Panmunjom (Corea del Sur) este lunes, 27 de noviembre. EFE

Por: Seúl / EFE -

Corea del Norte ha reforzado la seguridad en la militarizada frontera con el Sur tras la espectacular deserción de uno de sus soldados, mientras que el Ministro de Defensa surcoreano visitó hoy la zona y endureció el tono con Pyongyang.

El ministro Song Young-moo inspeccionó el mismo punto de la llamada Zona de Seguridad Conjunta (JSA) por donde el pasado 13 de noviembre cruzó al Sur el militar norcoreano mientras era tiroteado por varios de sus compañeros, según detalló a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa que lo acompañó durante la visita.
En su intento por detener al desertor, uno de los soldados norcoreanos incluso cruzó brevemente la línea de demarcación militar que divide la JSA, lo que unido a los disparos (que se realizaron en dirección al Sur) supone una violación del alto el fuego que puso fin a la Guerra de Corea (1950-1953).
Apostado frente a la línea divisoria, Song recordó en tono de advertencia ante un grupo de periodistas que ambas acciones, así como la utilización de rifles automáticos AK-47, suponen una clara violación de este armisticio.
La deserción del soldado, de 24 años y apellidado Oh, ha incrementado la tensión en torno a la JSA, el único punto fronterizo donde se ven las caras las tropas de las dos Coreas y donde el régimen de Pyongyang ha reforzado la seguridad en los últimos días para evitar otro episodio similar.
Además de haber sustituido a sus guardias fronterizos, tal y como ha asegurado la inteligencia surcoreana, el Norte ha levantado una verja para controlar el acceso al llamado "Puente de las 72 horas", por el que condujo libremente Oh para llegar a la JSA y desertar, precisó hoy una fuente militar del Sur al diario Chosun.
El portavoz de Defensa que acompañó esta jornada al ministro no pudo confirmar a Efe este aspecto y afirmó que toda información relativa a la seguridad de la zona y a los movimientos de las tropas norcoreanas "es por el momento confidencial".

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Oh, que se recupera favorablemente estos días en un hospital surcoreano tras los cinco impactos de bala recibidos, intentó cruzar al Sur a bordo del mencionado todoterreno, pero al quedar atascado en una zanja a pocos metros de la divisoria tuvo que correr mientras cuatro militares abrían fuego contra él.
Fotografías publicadas el fin de semana en redes sociales por diplomáticos que visitaron la JSA mostraron a varios hombres cavando, justo delante del punto por donde cruzó el soldado, una zanja aún más profunda.
Los jardineros, acompañados por una nutrida escolta militar norcoreana, plantaron también dos árboles en un aparente intento de entorpecer el acceso y la visión de la Línea de Demarcación Militar (MDL) que divide en dos el área de seguridad conjunta.
Queda por ver si alguno de estos árboles puede bloquear en el futuro el campo de visión del Comando de Naciones Unidas (UNC), contingente liderado por tropas surcoreanas y estadounidenses que controla la franja sur de la JSA.
La última vez que un árbol fue objeto de disputa en esta tensa área de seguridad compartida, dos militares estadounidenses fueron asesinados por soldados norcoreanos, lo que llevó a Washington a poner a sus Fuerzas Armadas en nivel de alerta Defcon 3.
Fue el 18 de agosto de 1976, cuando un contingente del UNC se disponía a podar un álamo que impedía ver un puesto de guardia norcoreano.
Un grupo de militares del Norte, que aseguraban que el árbol había sido plantado por el fundador del régimen norcoreano, se abalanzó entonces sobre el grupo y asesinó a golpes y hachazos a dos oficiales de EEUU encargados de supervisar la poda.
Washington estuvo a punto de responder con un ataque militar pero los ruegos de Seúl, que no quería otra guerra en la península, lo evitaron, y en vez de eso EEUU activó un enorme despliegue -bombarderos estratégicos incluidos- que amilanó a Pyongyang, mientras un escuadrón talaba de una vez por todas el polémico álamo.



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