Muere Mario Vargas Llosa, genio que le dio voz a América Latina
Nacido en Arequipa en 1936, Vargas Llosa no solo fue un narrador de historias, sino un cronista feroz de la realidad latinoamericana
"Se fue uno de los grandes de verdad." Este 13 de abril de 2025, el mundo de las letras quedó de luto con la partida del escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien falleció a los 89 años.
El autor de La ciudad y los perros y La fiesta del Chivo cerró su último capítulo, dejando una obra inmortal que cruzó fronteras, ideologías y generaciones.
El novelista peruano-español falleció en su casa limeña, donde residía desde 2022 tras un largo periplo que le llevó a vivir en Europa desde la década de 1990, informaron sus hijos a través de las redes sociales.
"Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz", escribió su hijo Álvaro Vargas Llosa en su cuenta de la red social X.
Nacido en Arequipa en 1936, Vargas Llosa no solo fue un narrador de historias, sino un cronista feroz de la realidad latinoamericana. Su pluma retrató dictaduras, pasiones humanas y luchas sociales con un estilo que marcó a millones.
Un Nobel con sabor latino
Fue en 2010 cuando el mundo se rindió a sus pies: el Premio Nobel de Literatura fue suyo. La noticia lo tomó por sorpresa mientras preparaba una clase en Princeton. “Pensé que era una broma”, confesó en ese entonces. Pero no lo era: la Academia Sueca acababa de elevar a Vargas Llosa al olimpo de los gigantes.
Desde su juventud en París hasta los escenarios políticos del Perú —donde incluso aspiró a la presidencia—, su vida fue tan intensa como sus personajes. Vargas Llosa no fue solo letras, fue voz, fue lucha, fue presencia.
Un legado sin fecha de vencimiento
Pantaleón y las visitadoras, Conversación en la Catedral, La casa verde, El sueño del celta… Cada libro suyo es una clase de historia, una lección de estilo, una patada al conformismo. Su obra es leída en aulas, analizada en foros y guardada como tesoro por quienes aman el buen escribir.
En 2021, fue elegido miembro de la prestigiosa Academia Francesa, un reconocimiento reservado solo para los más grandes. Y allí también dejó huella, como en cada rincón donde se alzaba su voz.
“Sin ella, mi vida se hubiera disuelto”
Durante su discurso al recibir el Nobel, rindió homenaje a su compañera Patricia Llosa con una frase que conmovió a todos: “Sin ella mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico”. Una muestra del hombre detrás del genio, del humano tras el mito.
Hoy, escritores, periodistas, políticos y lectores de todo el mundo le dicen adiós al maestro. Pero su voz sigue viva, latiendo entre páginas, esperando ser leída una vez más.
“La literatura es una forma de defensa contra las ofensas de la vida”, decía. Y hoy, ante su partida, solo nos queda abrir sus libros y seguir resistiendo.