Oraciones y ritos en el último adiós al Papa Francisco
“Oh, Dios que das la justa recompensa a los trabajadores del Evangelio, acoge en tu Reino a tu siervo y nuestro obispo, el Papa Francisco..."
Antes de concluir la emotiva Misa del Papa Francisco, se llevó a cabo el rito de último elogio y despedida (Ultima commendatio et valedictio), un momento lleno de solemnidad en el que se encomendó su alma a Dios Padre, pidiendo "que lo acoja en la paz eterna y lo resucite en el último día".
Tras la invocación de la letanía de los santos, se elevaron oraciones consecutivas por el alma del Pontífice. Estas fueron dirigidas por el Cardenal Baldassare Reina, Vicario General de la Diócesis de Roma, y por Su Beatitud Youssef Absi, Patriarca de Antioquía de los griegos melquitas, en conjunto con otros líderes de las Iglesias Católicas Orientales.
La oración pronunciada por Mons. Baldassare Reina resonó entre los asistentes: “Oh, Dios que das la justa recompensa a los trabajadores del Evangelio, acoge en tu Reino a tu siervo y nuestro obispo, el Papa Francisco...", rogando que el Santo Padre contemple el "eterno misterio de la gracia y la misericordia" que en vida impartió a su pueblo.
Durante el oficio de difuntos, celebrado según el rito bizantino y cantado en griego, se imploró: “Pidamos de nuevo por el descanso del alma de su difunto siervo de Dios, Francisco, Obispo...", buscando el perdón total de sus pecados.
En un momento de profunda reverencia, el Patriarca de Antioquía, mientras inciensaba el féretro, oró: “Perdona todas sus culpas de palabra, obra o pensamiento, tú que eres un Dios bueno y amigo de los hombres...", recordando que sólo Dios está libre de pecado.
Finalmente, el Cardenal Re asperjó con agua bendita el cuerpo del Papa Francisco y lo incensó, mientras los fieles entonaban cánticos de despedida en un ambiente lleno de recogimiento, fe y amor eterno por su líder espiritual.