Un capitán borracho y un barco ineficiente causan la muerte de 95 personas

Una investigación determinó que el naufragio del ferry MV Buitiraoi, suscitado el año pasado y que cobró la vida de 95 personas en la nación de Kiribati, fue debido a una negligencia por parte del capitán al conducir borracho, incluyendo un montón de graves infracciones de seguridad que presentaba el navío.

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Esta embarcación de 1,75 metros de eslora, había partido el 18 de enero del 2018 de la isla de Nonouti rumbo a la capital del país Tarawa, con 102 personas y una gran carga a bordo. Según estimaciones el viaje debía durar dos días.

Desde el inicio, los problemas que presentaba este barco eran evidente, por un lado salió de forma ilegal al mar, su licencia de radio había expirado 17 días antes, no tenía suficientes chalecos salvavidas y su certificado de navegación expiraría el 20 de enero, el día que supuestamente debería de haber terminado la travesía.

Otras de las verdades que salió a flote, es que el capitán estaba borracho y entró a alta mar con un oleaje de 2,5 metros de altura, un clima que el barco nunca soportaría. Además, los investigadores determinaron que el oficial no emitió una señal de ayuda, de haberlo hecho se habrían salvado muchas personas.

Durante la evacuación, las personas intentaron usar los botes salvavidas, pero se toparon con múltiples percances. Al final un grupo de 60 personas lograron escapar en dos embarcaciones de aluminio, pero sin reservas de agua ni comida.

Se determinó que si los servicios de emergencia hubieran recibido una alerta de auxilio en el momento del naufragio y no ocho días después, muchas personas habrían sido rescatados. La gran mayoría murió por deshidratación e hipotermia, hasta que finalmente un avión pudo dar con el bote y los únicos siete superviviente.