“Un Papa con el corazón abierto hacia todos”: emotiva homilía
“Fue un Papa atento a lo nuevo que surgía en la sociedad y a lo que el Espíritu Santo suscitaba en la Iglesia”, indicó Re
Con profundo recogimiento y ante una multitud congregada en la Plaza de San Pedro, el decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Giovanni Battista Re, pronunció este sábado la homilía en el funeral del Papa Francisco, destacando su legado de misericordia, sencillez, cercanía y esperanza.
“Estamos reunidos en oración con el corazón triste, pero sostenidos por la fe que nos asegura que la existencia no termina en la tumba, sino en la casa del Padre”, inició Re, aludiendo al consuelo cristiano frente a la muerte. A lo largo de su mensaje, el purpurado hizo un repaso del pontificado de Jorge Mario Bergoglio, recordando su última aparición pública durante la pasada solemnidad de Pascua, donde —a pesar de su delicado estado de salud— impartió la bendición “como un acto de amor hasta el final”.
Un pontificado profundamente humano
El Cardenal Re subrayó que Francisco eligió conscientemente vivir su ministerio hasta el último día, “siguiendo las huellas de su Señor, el Buen Pastor”, en un camino de entrega marcado por su cercanía al pueblo y su apertura hacia todos.
“El nombre Francisco fue desde el inicio una declaración de intenciones”, recordó, al destacar cómo el Papa se inspiró en San Francisco de Asís para modelar un liderazgo humilde, fraterno y pastoral. Desde su elección en 2013, el Pontífice imprimió su sello en la Iglesia, estableciendo un contacto directo con las personas, con especial atención a los pobres, los refugiados y los descartados.
“Fue un Papa atento a lo nuevo que surgía en la sociedad y a lo que el Espíritu Santo suscitaba en la Iglesia”, indicó Re, haciendo énfasis en la sensibilidad del Pontífice hacia los signos de los tiempos y en su forma de comunicar: un lenguaje sencillo, lleno de metáforas y accesible a todos.
Evangelio, misericordia y fraternidad
El Cardenal remarcó que la evangelización fue el eje central de su pontificado, siempre guiado por “la alegría del Evangelio” y por el deseo de que la Iglesia fuera “una casa para todos”.
En este sentido, destacó su constante insistencia en el valor de la misericordia, con gestos concretos como la convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, y su recordada frase: “Dios no se cansa de perdonarnos”.
Asimismo, recordó que el Papa Francisco hizo de la fraternidad y del cuidado de la casa común banderas de su enseñanza social, enfrentando con valentía lo que llamó “la cultura del descarte” y promoviendo una visión de solidaridad universal: “Nadie se salva solo”, citó Re.
Clamor por la paz y oración final
Durante su ministerio, el Papa Francisco fue también una voz incansable por la paz, elevando llamados a la sensatez y denunciando la guerra como una derrota trágica para todos. En medio de los conflictos mundiales, su mensaje fue claro: la paz es siempre posible y necesaria.
La homilía concluyó con un mensaje de esperanza y comunión espiritual: “Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros. Desde el cielo, bendice a la Iglesia, bendice a Roma, bendice al mundo entero”.