Nacional - 05/12/21 - 12:00 AM

659 pinchazos en la Operación "Fisher" para desarticular célula de "El Cucho"

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La operación "Fisher" en la que se incautaron esta semana 10 millones 91,871 acumula también unos 659 pinchazos telefónicos y 29 eventos de incautación de dinero, arma, droga y homicidios, lo que en conclusión de la Fiscalía Primera de Drogas de Panamá, se está frente a una investigación compleja.

La operación inició a las 14:00 horas del 6 de febrero de 2020 en la Unidad de Investigaciones Sensitivas de la DIJ de la Policía Nacional. El blanco principal era el colonense y residente en La Chorrera, Jorge Luis General, de 35 años y conocido con los alias "El Cucho", "Makilo" y "El Socio".

Esa operación permitió la aprehensión de 57 personas, entre ellas, 10 mujeres, cuatro unidades de la Policía -uno de ellos con rango de Mayor-; un capitán del Senan, dos empleados de la ACP, un funcionario de una Junta Comunal de Colón y otro del Ministerio de Educación. Además, hay dos exconvencionales del Partido Panameñista -incluido uno que fue postulado a diputado por el circuito 3-1 de Colón y que es miembro del Colegio de Economistas y exfuncionario de la DGI. Hay parientes de un alcalde colonense.

Antes de la incautación de casi $10 millones en una residencia en un caleto oculto en el piso de una residencia en El Porvenir de Colón, la Fiscalía reportaba la incautación de 1,599 paquetes de cocaína y el decomiso de $849,910.21

Ayer por tercer día consecutivo se desarrolló la audiencia para la legalización de aprehensión, la que a diferencia de los dos primeros días, ahora fue en la sede del Sistema Penal Acusatorio (SPA), en Plaza Ágora.

A simple vista se notaba un hacinamiento: 57 indiciados, como 20 policías y miembros del Senan que ejercían de custodios, 24 defensores, más el equipo de la Fiscalía, la jueza y su personal. La lectura era tediosa.

Había pocos abogados conocidos en la capital como Valentín Jaén, Rubén Castrejo y Miguel Batista; había otros muy pintorescos en su vestimenta, pero hacían el esfuerzo de ejercer la defensa de sus clientes. Hay un aprehendido con apellido General y un abogado que se apellida Coronel.

En las afueras había un pelotón de familiares de los aprehendidos, que aprovechaban cualquier receso para entregarle al abogado de su pariente alguna encomienda o porta vianda para el detenido.

A la hora del almuerzo, como era sábado y no había restaurante cercano, uno de los abogados abrió el baúl de su auto sedán blanco y compartió sus viandas con el resto de los juristas.

Valentín Jaén parecía estar a dieta y prefirió una manzana verde. En ese momento unos periodistas intentaron aprovechar para entrevistar a una joven abogada que representa a Jorge Luis General, pero ella agradeció la oportunidad y explicó que el proceso apenas inicia y prefiere esperar.

En la audiencia, algunos abogados cuestionaron que ésta se desarrolle en la ciudad capital, alegando que en base al artículo 35 del Código Procesal Penal, la competencia territorial corresponde a Colón.

Al grupo de 57 le atribuyen tráfico de drogas y armas, blanqueo de capitales y asociación ilícita para delinquir.

Según la fiscalía, la organización era una especie de sucursal del Cartel del Golfo liderado por Otoniel, que introducía la cocaína en lanchas en sectores de la Costa Arriba de Colón y luego la movían en vehículos con dobles fondos hacia Centroamérica o nuevamente en lanchas.

En la labor de investigación, además de las escuchas telefónicas, hubo labores de vigilancia y seguimiento, informes de ubicación y reconocimiento y análisis de la unidad sensitiva de investigación financiera.

Durante la lectura de documentos se hizo referencia a una actividad relativa a Jorge Luis General y de un colombiano de apellido Gómez, en el proyecto de Buenaventura.

Al jurista Valentín Jaén unos periodistas le cuestionaron que pesaba mucho contra el grupo de aprehendidos la incautación de casi $10 millones, pero el abogado sostuvo que a ninguno de los 57 que están en la audiencia le ubicaron ese dinero. ¡Esa era una casa de Techo Esperanza!, exclamó.

La célula del Cártel del Golfo recibía, custodiaba y ocultaba grandes cantidades de drogas provenientes de Colombia. Otro sujeto estaba a cargo de guardar el dinero. Para ambos casos utilizaban caletos.

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