¡Aguilera, El Falso!
Por: Policía Nacional, Ancón -
Mi artículo semanal lo dedicaré al contrato con Selex. El colega y amigo Silvio Guerra ya dedicó un didáctico artículo sobre la teoría de los contratos. Pero como la fiscal Moore me dijo que ella no está analizando un contrato, debo contradecirla en el sentido de que es el objeto del mismo lo que, según su ilustrado criterio, causa la "malversación".
Mi indagatoria abunda en el tema. El contrato nació a la vida jurídica el 7 de diciembre de 2010, cuatro meses después de firmarlo autorizado por el Gabinete, con el refrendo de Contraloría y orden de proceder. Mantuvo su vigencia hasta el último día de mi gestión. Contrario a lo que muchos dicen, yo no podía suspender ni romper el contrato, ya que su objeto no se había concluido por causas no imputables al Gobierno, explicadas en mi indagatoria. De allí nace la adenda de tiempo, la cual no requería ir a Gabinete, como falsamente argumenta Aguilera. Con eso se extendía el tiempo para concluir el proyecto, o sea, entregar funcionando el sistema de radares. Al Gabinete llegó toda la documentación y es falso que me autorizaron a negociar como dijo Aguilera. Eso no funciona así, pero paso el desliz a sabiendas de que quizás a la fecha aún no sabe cómo es el trámite en Gabinete.
El actual gobierno paga lo que en debida forma había que pagar y que yo dejé en trámite. Cada documento fue firmado por todos los que intervienen y no solo por mi persona. Aguilera inventó la absurda aseveración de que "ellos no pagaron a Selex, sino que pagaron deuda pública". Falso. Estando la partida en el presupuesto, se pagaba a Selex vía Citibank porque así lo establecía el contrato y demás documentos financieros que forman un todo. Lean documentos del MEF.
El Gabinete, en agosto de 2014, "suspendió los pagos". O sea, rompieron el contrato de hecho, sin siquiera apelar a una sola de sus cláusulas, usando como argumento el forzado decir del Senan de que no cubrían la distancia, cuando todos ellos sabían las razones técnicas que nos explicaron en la reunión de Cocolí y cómo se solucionaba el problema. En mis repreguntas a ellos me encargaré de desmentirlos.
Luego inventan la genialidad de demandar la nulidad vía Sala Tercera, argumentando de manera también absurda "desviación de poder", figura del derecho administrativo inaplicable y menos bajo la tesis de que, desde el inicio, todo se revistió de aparente legalidad para delinquir luego. Se olvidaron de quién era canciller y anfitrión de las gestiones. La Corte, rauda y veloz, suspende el contrato. O sea, ya no hay contrato. Y la cláusula arbitral, ¿para qué era?
Pasado esto, la Cancillería italiana se desliga del tema. La canciller nuestra entonces argumenta que todo nació producto de un acuerdo entre Estados y que apelaría a la buena fe del Gobierno italiano para encontrar una solución. Hasta el oficialista "La Prensa" me cita en ese sentido. Pregunto: ¿después de todo lo dicho contra todo este tema, Italia, como Gobierno, va a gestionar algo a favor de Panamá? No lo creo.
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Ahora sale el genial Aguilera, otra vez, y dice en declaraciones el viernes que exigirá a Selex que cumpla la garantía. ("La Prensa" y "La Estrella" del 13 de nov.). ¡Se le olvidó que ellos rompieron el contrato y que la Corte lo suspendió, luego de la ruptura unilateral!
Ya no hay contrato porque Panamá lo rompió y jamás usó una sola de sus cláusulas para procurar, si era el caso, evitar que se afectara el interés nacional. Ver Código Civil para que vuelvan a estudiar.
La ACP, como dije en mi indagatoria como ejemplo, está defendiendo ese plomazo de contrato con GUPC diciendo "dentro del contrato todo, fuera del contrato nada". Ese válido argumento, el Gobierno, en este caso, lo aniquiló con su aberrante actuar. Para ellos, "fuera del contrato todo, dentro del contrato nada". A nadie se le ha ocurrido decir que el firmante del contrato canalero incurrió en peculado por ese deficiente contrato que no solo retrasó la obra, sino que se disputan billonarios sobrecostos y defectos graves de acuerdo a las cláusulas contractuales y procesos arbitrales.
Simplemente, estamos ante el cumplimiento de una promesa electoral, a través del sistema de justicia. Todo lo demás sale sobrando. La fiscal obsecuentemente me arrestó con una resolución que da pena ajena, pero cumplió la "misión encomendada". Ya sé que me están preparando más procesos. Gran eficiencia del Minseg y MP. Seguiré en comunicación.
Cada día mío aquí, es un día menos de todos ellos allá.
José Raúl Mulino Q.
4-132-245