Desahogo: padres de familia califican la primera semana de clases virtuales

Las clases virtuales son todo un reto. Algunos padres de familia están al punto del colapso, pero hacen su mejor esfuerzo por el bien de los estudiantes.
Imagen ilustrativa. (Freepik)

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Por: Milagros Murillo F. -

¿A dónde vamos a parar? La pandemia por coronavirus ha afectado al ser humano en todos los sentidos y aunque ya se sabe que la llamada nueva normalidad incluye una serie de medidas de cuidado personal, el distanciamiento social y el teletrabajo, una parte importante es la educación, que si bien es cierto, en Panamá ya tenía sus fallas, principalmente por la falta de equidad en cuanto a las escuelas públicas y particulares. Ahora, no queda de otra que permanecer lejos de los centros escolares y decir presente desde un aula virtual.

El Ministerio de Educación apuesta por un Currículo Priorizado, esto quiere decir que, debido a la emergencia sanitaria por la COVID-19, para garantizar la continuidad educativa de los niños y jóvenes, se prioriza ciertas asignaturas y se les da contenidos específicos para que cuando vayan al siguiente nivel académico cuenten con los conocimientos necesarios. Se han entregado guías didácticas para áreas de difícil acceso y en zonas donde la comunicación se dificulta; sin embargo, el punto focal es el uso de la plataforma Ester, mediante la cual educadores y estudiantes pueden acceder a contenidos adaptados, además de las clases que cada día se replican en los medios de comunicación con el apoyo de plataformas de videoconferencias y videollamadas.

Pero, ¿todo lo que se ha implementado funciona realmente? Contenido Premium de Crítica recolectó las impresiones de algunos padres de familia, justo cuando se cumple una semana del inicio de clases bajo estas modalidades, y todos concuerdan en que no ha sido fácil, algunos entre el teletrabajo, las labores de la casa, las limitantes en cuanto a herramientas necesarias como la internet y los dispositivos electrónicos, sobre todo cuando hay más hijos, creen volverse locos, pero tratan de hacer el esfuerzo para lograr que este no sea un año perdido.

“La que va a quedar loca soy yo”
Adriana, madre de familia, es la primera en contar su experiencia. “Mi niño está en primer grado en escuela pública, hace un mes ya teníamos contacto con el maestro por Whatsapp, que incluso le mandaba tareas, pero formalmente las clases se iniciaron el lunes (él empezó miércoles, porque no tenía el correo para poder acceder) y  me voy a volver loca con tantas notas de audio que se envían al día y ni te cuento de las tareas cuando se envían. Tengo tres grupos con diferentes maestros.  Mi hijo presta atención a sus clases, ve las de las 9:00 a.m. , luego a las 10:30 tiene clases virtuales con el maestro, el detalle allí es que como no tenemos computadora usamos el celular y la señal a veces es un lío y no se puede ver bien las tareas que están poniendo y él se entretiene, se duerme o se pone a hacer caras; aun así siento que le está yendo bien, esta semana participa más que la pasada, alza la mano y participa en clase. Sin embargo, la que va a quedar loca soy yo, porque me toca transcribir en el cuaderno todo lo que envían de tarea para que él las haga después.

Sí creo que aprenda algo si estamos pendientes a las tareas que le envían para ayudarlo, aunque sé que no será lo mismo a que esté en un aula de clases, pero espero que por lo menos este año escolar pueda transcurrir lo más normal que sea posible”.

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Toca como padres reforzar lo aprendido
La joven Minerva tiene dos hijos que también iniciaron clases, ellos están en un colegio particular. La más grande está en séptimo grado, su experiencia con ella ha sido bastante agradable, da clases en un horario tal como si estuviera en la escuel, pero con descansos entre asignaturas. Hace sus deberes y la información es mutua, no toda la carga sobre los papás, sino que los profesores están atentos, escriben y le están dando oportunidad a los estudiantes.
El niño de la entrevistada está en primer grado, ella asegura que los maestros están dando lo mejor que pueden, lo que falla a veces es la tecnología, ya sea la luz, el wifi, “pero sobre todo hacer que los papás estén pendientes de los niños, porque tenerlos en la casa implica que uno deba vigilarlos y a veces la maestra pregunta si está la mamá, papá o adulto responsable cerca y uno debe dejar de hacer lo que está haciendo para ir a esa clase.
“Lastimosamente hay un trimestre perdido este año y solo queda que uno como papá vea cómo refuerza por lo menos en verano para que el niño no pase perdido, porque un trimestre que no se ha dado el otro año se olvidará la pandemia y ellos van a empezar de cero y eso que no se dio los va a afectar tarde o temprano”.

Obliga a modernizarse
Aunque Nicole Pino aún no tiene hijos, su día a día es ver a sus sobrinos con la nueva modalidad de clases, ella asegura que “lo bueno ha sido que ha obligado a todo un sistema educativo a modernizarse y a los niños esto les beneficia, ya que desarrollan una parte que estaba muy básica relacionándolo con la materia de informática. Lo no tan bueno es la falta de organización (colegios públicos y privados) ya que antes de reiniciar las clases debieron tomar en cuenta si todos los estudiantes contaban con equipos para conectarse y entregar los cuadernillos. Espero solamente que los niños y jóvenes puedan aprovechar al máximo las clases y que los profesores y maestros a futuro implementen una nueva metodología”.

Entre el trabajo y las clases
“No sé ni qué decirte, aquí estoy en el trabajo pensando en las tareas de mis niños. La primera semana fue fatal, mi hijo que está en cuarto grado ni siquiera ha visto al maestro que ni se conecta, solo manda en un grupo las tareas y lo tiene bloqueado para que los padres de familia no podamos preguntar, solo dice que escribamos al privado, pero cuando se le escribe ni siquiera mira los mensajes o  deja en visto. La escuela tiene una plataforma en donde los maestros de materias especiales mandan las tareas, se tienen que descargar e imprimir las tareas, pero están recargando a los niños. Las mamás hicieron un grupo aparte, cuando salgo del trabajo tengo como mil mensajes y quedo más perdida, porque son tantos mensajes que ni sé de qué están hablando”. Así describe la señora Mariana los primeros días de clases de sus niños.

Mariana siente que esa metodología no funciona, porque algunos maestros dan las clases virtuales y otros no, solo envían trabajos. “Muchos niños en el salón no tienen computadoras, ni siquiera un celular, hay muchas mamás que dicen que solo tienen un celular y cinco hijos en la escuela y el Gobierno no ayuda para que los niños den clases”.

La niña está en kinder, en su caso es más difícil, pues la maestra se conecta por Zoom y le manda las tareas. Yo tengo que hacerle los dibujos para que la niña remarque o pinte, para entonces mandarle esa foto a la maestra para que vea que ella lo hizo bien. Las clases solo duran 40 minutos y los papás entonces nos tenemos que matar con el niño para que haga las tareas, a veces hasta las 10 de la noche”.

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Viendo la tele no aprenden nada
“Dos días antes de iniciar clases se comunicó con nosotros la profesora para darnos instrucciones. Todos esperábamos que fueran clases virtuales, pero nos salieron con que las clases son por Whatsapp, esto, porque hay padres que no cuentan con la tecnología para que los estudiantes usen esas aplicaciones. Llegó el lunes y dijeron que las clases se tenían que ver en la televisión, duran 20 minutos, luego de eso la maestra se conecta y pregunta si vieron la clase, pero no hay un control, todo está desorganizado; todo el tiempo se pierde, si en un aula de clase es difícil explicarle a un chico, ahora por Whatsapp. Nos dicen que esta semana es diagnóstica, algunos dicen que no tienen que tomar apuntes de lo que sale en la tele, pero es que viendo la tele no aprenden nada y esas clases empezaron hace tiempo, ellos estaban primero por módulos, pero ahora dicen que tienen que ver las clases de la tv y ya van muy avanzadas. ¿cómo pretendes que un chico aprenda algo que ni siquiera conoce desde antes y ya están dejando tarea?

“En realidad no están aprendiendo nada, para mí esto es una farsa”, así de estresante ha sido la primera semana de clases para la señora Chávez y su acudida quien cursa el séptimo grado. Sin embargo, ella reconoce que no son todas las escuelas o maestros que están en esta situación, porque conoce casos de niños cuyas maestras sí hacen videollamadas, que los papás han tenido que adaptarse a la tecnología para que sus hijos den clases. “Es estresante, porque tú eres el maestro, ellos vienen y dejan una tarea en 20 minutos y desaparecen, por ejemplo, la niña tiene  que hacer la partitura del Himno Nacional con la letra, cuando yo me pongo a leer resulta que cada nota lleva una letra. Los maestros no saben ni qué es lo que están mandando a hacer a los muchachos. Ella nunca ha dado música y les mandan a escribir partituras, no han empezado con lo básico, sino que se han ido a lo avanzado. ¿Qué puedo hacer yo?, reventarme la cabeza tratando de explicarle, cosas que nunca ha dado. Me pongo a pensar en aquellos niños cuyos padres no saben nada, como inglés”. 

Cero organización
Mi hijo más grande no ha dejado de dar clases, pero el chico está en kínder, sus clases estuvieron suspendidas por tres meses y al iniciar las clases, he agarrado más rabia que felicidad", reconoce la señora Margy.  "Es una escuela privada, hay cero organización, no hay comunicación con las maestras. El grupo es un caos y cada vez que el niño debe dar la clase virtual es un problema. El niño es muy ágil y adaptable y creo que a pesar de mi descontento está entusiasmado, da lo mejor de sí. Sin embargo, con el mayor (a pesar que nunca dejó de dar clases) siempre he tenido problemas para mantenerlo entretenido a la hora de estudiar. Trataré de que se le quede algo”.

Los padres de familia queremos lo mejor
Abdiel Bedoya, secretario de la Confederación Nacional de Padres y Madres de Familia, sostuvo que las expectativas son altas y esperan que funcione, pues el porcentaje de muchachos que se han ido incorporando a la educación a distancia está incrementando; sin embargo, son conscientes de que hay padres de familia que no tienen data, celular o el equipo, por lo que esperan hacer un diagnóstico de cada uno de los sectores y de acuerdo al centro educativo, para lograr apoyar a esos padres de familia junto con el Meduca, “para que todos los niños, niñas y jóvenes reciban la educación que les corresponde”.

Bedoya hizo un llamado a los padres de familia que cuenten con algunas dificultades para que de ser posible pongan las quejas ante las asociaciones o incluso llamarlo al celular 6509-4988 y ahí plantear las situaciones que se presenten en los centros educativos, ya sea dificultades con los maestros o profesores, no obstante, espera que sean las mínimas, pues reconoce que los educadores están dando su mejor esfuerzo, para que se pueda por lo menos resolver este año con la pandemia y que el próximo año sea mejor.

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