Nacional - 11/2/22 - 12:00 AM

Hay que aumentar el consumo interno

 

Por: René Quevedo / Asesor Empresarial -

La reciente mejora la perspectiva de la deuda panameña, de Negativa a Estable, por parte de la Calificadora de Riesgo Fitch Ratings, así como la reafirmación de la calificación soberana de Panamá en BBB- y el mantenimiento del Grado de Inversión, se sustentan fundamentalmente en el comportamiento del sector externo de la economía.

La revisión refleja la mejora continua en la situación fiscal y una recuperación económica mejor de lo esperado, después del shock inicial de la pandemia, identificando al Canal de Panamá y Minera Panamá como protagonistas, tanto del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) por encima de las expectativas, como del alentador panorama fiscal, a través de sus mayores aportes a las finanzas del Estado.

Si bien el nuevo Contrato entre el Gobierno y Minera Panamá debe ser concretado y ratificado, su mero anuncio tuvo un efecto inmediato en el nivel de confianza en el país. Fitch también espera que gobierno reanude la inversión en proyectos de infraestructura a medida que elimina los subsidios creados a raíz de la pandemia, como el Vale Digital.

Demanda sigue débil

Sin embargo, advierte que la demanda interna sigue débil, lo cual explica la dicotomía que vive el país, crecimiento económico y crisis laboral simultáneamente. De hecho, la Calificadora menciona dos actividades particularmente rezagadas, como lo son la construcción y el comercio al detal. Ambos sectores en conjunto representan 27% de los empleos del país.

Preocupante comparación de Panamá con México

En el 2020, la planilla estatal aumentó, pero el sector privado perdió a 364 mil trabajadores asalariados (42% de sus empleos formales) y a otros 284 mil (32% del total) se les suspendió el contrato. Es decir, en el primer año de pandemia, 3 de cada 4 empleos formales privados en el país desaparecieron o fueron suspendidos.

México, con una población de 126 millones y 55.5 millones de empleos, perdió 647,710 empleos formales en el 2020. En otras palabras, Panamá, con 30 veces menos población y 33 veces menos trabajadores, perdió la mitad de los empleos formales que perdió México.

En una economía donde el 70% de los empleos son presenciales, la catástrofe laboral del 2020 ocasionó una caída del 40% en los ingresos de la Caja del Seguro Social y una contracción de $600 millones mensuales en el consumo, la cual aún no hemos superado.

En el 2021, el país comenzó a recuperarse y el sector privado logro reponer 40% de los empleos perdidos el año anterior.. Sin embargo, hay síntomas de que la economía interna sigue en estado delicado.

Un reciente informe del Centro Nacional de Competitividad (CNC) reveló que entre el 2020 y 2021 unas 42 mil empresas cerraron sus Avisos de Operación, mientras que gremios del ramo han informado del cierre de unos 3 mil restaurantes y 20% de los hoteles del país, así como una ocupación hotelera del 25% al cierre del 2021.

De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en el 2021 el tráfico de pasajeros en el Metro y Mi Bus fue 45% inferior al del 2019 y se consumió 18% menos gasolina en las carreteras nacionales que en el 2019, ambos indicadores de una menor actividad económica y menor consumo.

El efecto sobre el empleo fue evidente. Según informes del MITRADEL, en el 2021 se tramitaron 40% menos contratos laborales que en el 2019 (3 de cada 4, temporales), año en el que se agregaron 52,040 empleos a la economía, todos informales. La informalidad pasó de 44.9% en el 2019 a 47.6% en el 2021.

El bajo ritmo de generación de nuevos empleos, así como la alta temporalidad e informalidad del empleo son síntomas de incertidumbre en el clima para las inversiones en el país. El sector productivo necesita liquidez para generar empleo y activar el consumo interno. Sin inversión privada no habrá generación de empleo.

Recientemente, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, resaltó las oportunidades que Panamá tiene para impulsar la inversión extranjera directa en la región (IED) mediante el fortalecimiento de las cadenas regionales de valor, reafirmando su confianza en el país, que es exactamente la “vacuna” que el país necesita ante el “virus” que hoy enfrenta, la incertidumbre.

El sector interno se irá recuperando en la medida que se eliminen las restricciones impuestas para controlar la pandemia, lo cual permitirá el normal funcionamiento de actividades económicas con altos niveles de presencialidad, como comercio, turismo, logística y construcción.

Al margen de los buenos augurios e intenciones, es hora de actuar.


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