La Ciudad Prohibida y la Gran Muralla
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La Ciudad Prohibida y la Gran Muralla
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Por: Jorge Luis Barría / Crítica Impreso -
La Ciudad Prohibida o Palacio Imperial y La Gran Muralla son algunos de los sitios emblemáticos más reconocidos de China, y cada uno cuenta una historia única.
Desde antes de Cristo, China ha sido un país en el que sus ancestros fueron muy respetuosos de sus creencias o tradiciones, y en la actualidad se mantienen.
Tradiciones que se transportan hasta la casa del Emperador, ubicada en la capital Pekín y que desde hace aproximadamente 600 años albergó a dos dinastías, con al menos 24 emperadores, de estos: 14 de la dinastía Ming y 10 de la dinastía Qing.
Esta residencia cuenta con una superficie de 72 hectáreas. La construcción inició en el año 1406 y duró 14 años, con una estampa que a simple vista impresiona a los miles de visitantes que a diario asisten, por su delicada elaboración y los materiales utilizados, entre ellos el oro en abundancia.
Son en total 980 edificios que componen este Palacio, también llamado la Ciudad Prohibida, porque nadie podía ingresar sin un permiso especial que era otorgado por el Emperador.
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Los chinos son muy creyentes en sus religiones a tal punto que de llegar a faltarlas podría traerles grandes consecuencias, tal cual le pasó a Fuyi, último emperador que vivió en el Palacio.
Según cuenta la historia china, todas las casas mantienen en su entrada un escalón por varios motivos, entre ellos: Para que los malos espíritus- quienes no ven- no pudieran entrar a las casas y la buena suerte no salga de la residencia.
En el caso del Palacio Imperial, todas las puertas de acceso tienen el mismo escalón, pero de un alto mayor, por ser la casa que albergaba a la persona más importante de todo el país, en ese entonces ninguna otra casa podía tener el escalón más grande porque faltaba a sus leyes- es de allí que surge la popular frase “de alta escala”, porque solo el emperador tenía ese escalón-.
Sigue contando la leyenda que este emperador fue desterrado porque quitó un escalón de uno de los patios del palacio para pasear en una bicicleta que le regaló una amistad del extranjero y al hacer eso, la suerte salió por esa puerta y entró todo lo malo que terminó con la expulsión del Emperador por un golpe de estado en 1924.
Al año siguiente se creó el museo de la Ciudad Prohibida, que es visitado diariamente por 80 mil personas, entre foráneos y nacionales que en un solo día no logran recorrer todas las instalaciones, por lo menos tomaría una semana.
En invierno la nieve les da otra vistosidad a las edificaciones, por lo que su atractivo incrementa para plasmar fotografías impresionantes como recuerdos. El costo de entrada a la zona es de 40 yuanes, que en dólar americano representaría 5.70 dólares.
El Emperador y sus mujeres
Según las leyes chinas, en aquel entonces, el Emperador podía tener a parte de su esposa la Emperatriz, 72 mujeres más o concubinas, quienes vivían en algunos de los patios del Palacio Imperial.
Las mujeres que escogía el Emperador eran vírgenes y se las presentaban del pueblo. Él escogía cuál quería tener para que fuera su mujer, si en al año siguiente alguna de ellas dejaba de gustarle las podía cambiar.
En uno de los patios existen varios cuartos, donde estaban las más especiales. Ellas vivían en sitios muy lujosos, con sábanas de sedas y bien servidas, para que cuando el Emperador llegaba pasaran la noche con él. Como vigilante, estaba un eunuco para protegerlo y evitar que alguien atentara contra él.
En este patio existen en dos isletas dos esculturas de animales representativos, uno de ellos es un dragón que es por el emperador, por su liderazgo y el otro es un venado con grandes cuernos, que simboliza a las concubinas.
Por noche el emperador podía estar con las mujeres que él quisiera para satisfacerse sexualmente, por lo que según la historia algunos fallecieron por exceso de sexo.
Las mujeres que vivían en el Palacio no podían salir, al menos que el Emperador lo autorizaba, por lo que permanecían encerradas durante todo el año, solo caminando en los patios, donde hay una gran cantidad e árboles y sitios para que ellas pasaran los días en distracción.
Tener un hijo del emperador era un prestigio para la mujer y para la familia, ya que podría convertirse en emperador una vez creciera, por lo que muchas veces los embarazos de las concubinas eran interrumpidos.
La Gran Muralla
Otro de los sitios más visitados es la mega obra que fue construida en el siglo V antes de Cristo, es decir hace más de dos mil años, y que actualmente es una de las siete maravillas del mundo. Hablamos de La Gran Muralla China, ubicada en la frontera Norte con Mongolia.
Diariamente cientos de personas llegan a los diferentes centros de visitas de la gran muralla para subir y conocer más sobre su historia.
La obra fue construida para proteger a las distintas dinastías que vivían en esa área de la guerra con los mongoles y que actualmente se mantiene fortificada, por la forma en que fue construida en aquel entonces.
Son cerca de 21 mil kilómetros que comprende este muro, aunque uniforme en muchas partes, se encuentra muy bien construido entre áreas planas y montañas muy altas ubicadas en la zona.
En el sitio donde habitó la dinastía Qing en Pekín, capital de China, existen cerca de 12 torres, que comprenden más de 500 escalones entre todos y que se convierte en un gran reto para escalarlos y llegar a la cima.
A medida que se escalan, los cientos de visitantes pueden observar de paisajes exóticos que se aprecian desde lo alto.
Con el tan solo hecho de llegar a la zona es motivación para subir, es por ellos que adultos mayores, algunos con bastones, niños, jóvenes y demás, no pierden la oportunidad de emprender su escala y así apreciar lo que esta mega obra regala.
Colocar el pie en cada escalón y mirar hacia la torre más alta, junto a un grupo de amigos conversando y chisteando, ayuda a que en aproximadamente dos horas puedas subir las 12 torres y obtener tu medalla, comprada, pero la obtienes como premio a tu valentía de subir.
En China existe un dicho popular que es: “Quien no llega a la gran muralla no es héroe”; es por ello por lo que todos quieren llegar a su última torre y así convertirse en héroe.
Así que si usted planea realizar un viaje por la gran República Popular de China, no olvide visitar estos dos lugares, ubicados en Pekín y con fácil acceso.