Mafia española quería tener banco en Panamá
Montar un banco en Panamá. Tal cual. Esa era la intención del supuesto abogado de la mafia de la noche madrileña, Roberto Rodríguez Casas, y que también ejerció de letrado de uno de sus máximos exponentes, «Ivo el búlgaro» quien, con su ejército de «rompecostillas», se adueñó durante una década del control de los locales de copas y del tráfico de drogas de Madrid, a base de practicar la extorsión y propinar palizas, destaca el diario ABC.es
Roberto Rodríguez Casas fue detenido el pasado mes de enero en el marco de la operación «Colapso» junto a otras 24 personas, entre ellas, la «reina» de la coca colombiana, Ana Cameno Antolín y Lauro Sánchez Serrano -conocido empresario y narcotraficante-, que acabó con el mayor laboratorio de precursores de cocaína de Europa y en el que se decomisaron 200 kilogramos de estupefacientes.
Todos los indicios apuntan a que el papel de Rodríguez -que quedó en libertad cuatro meses después- en todo este entramado era, de un lado, blanquear el dinero fruto de la ilícita actividad de algunos miembros de la red, y de otro, ganarlo él a título particular, haciendo sus propios «bussines». Y uno de los más ambiciosos que se propuso, junto con otros socios, fue poner en marcha una entidad bancaria en Panamá, país en el que la organización criminal «lavaba» parte del dinero que obtenía del narcotráfico, aseguran a ABC fuentes cercanas al caso.
Su plan había superado todos los trámites exigidos por el país centroamericano al respecto. La superintendencia -entidad encargada de la tramitación del proceso- le exigía un patrimonio de tres millones de euros, cifra que fue satisfecha. Se sospecha que, aunque una parte de esa cantidad pudiera proceder de la actividad criminal de la mafia, la mayor parte la obtuvo de la actividad de una empresa financiera. Dicha entidad se dedicaba a los préstamos a personas que no podían obtener crédito en entidades bancarias. Rodríguez se lo otorgaba a cambio de un interés desorbitado.
Sin embargo, poco después surgió un imprevisto. «Tres millones de dólares no son suficientes, se necesitan seis», le comunicaron. No obstante, Rodríguez y sus socios siguieron adelante en su intento de crear un banco. Y, cuando estaban manteniendo contactos para obtener el dinero que faltaba, fue detenido en la operación «Colapso».