Mossack Fonseca vuelve y traba
Mossack Fonseca vuelve y traba
Mossack Fonseca vuelve y traba
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El bufete del expresidente del panameñismo y exministro consejero, Ramón Fonseca Mora, figura otra vez de manera prominente en la filtración “Bahamas Leaks”, que divulgó el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Se trata de 1.3 millones de archivo de 175 mil empresas creadas entre 1990 y 2016, hasta ahora secretos y de menor tamaño que el del bufete panameño Mossack Fonseca. La data llegó a manos del periódico alemán Süddeutche Zeitung, y sus periodistas volvieron a poner el material en manos del ICIJ.
Los nuevos documentos filtrados incluyen los nombres de 539 agentes registrados, entre ellos está Mossack Fonseca, el bufete de abogados, que estableció 15,915 entidades en Bahamas, y convirtió esa isla en su tercera jurisdicción más ocupada. En un momento, las empresas de Bahamas estaban entre las más vendidas por Mossack Fonseca.
Mossack Fonseca esgrimió las leyes de confiabilidad de las Bahamas como argumento de venta e hizo eco de la defensa de ese país de la industria “offshore”, de cara a llamados globales a la transparencia.
En 2003, mientras Bahamas se recuperaba de haber estado en una lista negra de países que lavaban dinero, un empleado de Mossack Fonseca se reunió con un cliente para hablar sobre la necesidad de una “agresiva campaña de relaciones públicas (…) para intentar cambiar la mala percepción que la gente tiene de las Bahamas en cuanto a privacidad”. La información “no se intercambia seguido ni extensamente”, se aseguraron mutuamente, de acuerdo con notas internas de los Panamá Papers.
En 2009, un empleado de Mossack Fonseca propuso transferir los activos de un cliente estadounidense a un fideicomiso en las Bahamas para asegurar confidencialidad durante un momento de bancarrota. En 2014, Mossack Fonseca sugirió a un cliente de Nueva Zelanda que usara un banco bahameño para esconder su posesión de una empresa. En 2015, un cliente español usó las Bahamas para albergar medio millón de dólares que no quería declarar en su país. Otro español usó directores in-house de Mossack Fonseca para evitar listar el nombre de su compañía en registros públicos.