Sector hostelero la está viviendo de terror

El chef Pedro Masoliver analizó la crisis en el sector hostelero, destacando que Panamá está en crisis o recesión económica y vive uno de los peores momentos económicos desde 1992.

"No hay ilusión, no hay inversión ni pública, ni privada, en fin no se ve movimiento comercial y casi todos los sectores están sin crecimiento y algunos como el hostelero en decrecimiento", sostiene el Masoliver.

Sostiene que el sector hostelero (hospedaje y restaurantes) está atravesando una de las peores crisis debido a la falta de previsión y de programas de mercadeo, que se une a la falta de marca pais, la sobreoferta hotelera y una oferta restaurantera mal estructurada y provocada por unos incentivos en la construcción de hoteles e infraestructuras turísticas, que se convirtieron en un incentivo para construir edificios so pretexto de albergar hoteles.

Pedro advierte algo que nadie pone en duda: nuestros hoteles son caros y nos son competitivos frente a los demás de la región, pero además los servicios alrededor de los hoteles son malos y escasos y para colmo caros.

El turista llega y todo lo que puede hacer se convierte en caro y malo, hasta los restaurantes que ofrecen una variedad y calidad alta en este momento son caros comparados a los de la región. Tanto es así que sale mas barato pasar una semana en Colombia que una semana en el interior de nuestra República,

Si el turismo interno no funciona, es señal que hay algo que no está funcionando. Las autoridades se esfuerzan en dar sentido a sus políticas de mercadeo y venta del país en el exterior, pero se olvidan que hay que consolidar la oferta.

Como recomendaciones el chef propone crear un reglamento laboral más flexible que incentive los turnos rotativos y partidos asi como los domingos y feriados y que las horas extras que son tan necesarias en este sector no sean un castigo para la empresa.

También sugiere abaratar los costos de la electricidad, mejorar el trato al turista, crear incentivos como por el ejemplo el Tax Free para incentivar la llegada de más turismo, obligar a los restaurantes a tener menus en varios idiomas mediante ayudas a la traducción además de formar al personal con lenguas diferentes a la local.