Un paraíso llamado Santa Catalina

La playa Santa Catalina, ubicada al sur del distrito de Soná, en la provincia de Veraguas, se ha convertido en el punto de encuentro para que decenas de turistas diariamente zarpen hacia las diferentes islas que la rodean, para hacer turismo.
Llegar a la playa, desde el mismo pueblo de Soná, le tomaría aproximadamente una hora, tiempo similar que tardaría desde que salen de la playa hacia las islas Cébaco, Santa Catalina y  Coiba que es la más visitada.

Santa Catalina ha sido reconocida a nivel mundial  por amateur y profesionales del surf, además de ser un destino obligatorio de quienes son amantes de este deporte.
Los costos para visitar este paraíso varían entre los $25 a $65, dependiendo del lugar a donde vaya, usted podrá disfrutar de momentos relajantes en el mar, realizar esnórquel y así observar un sinnúmero de especies marinas exóticas, así como arrecifes coralinos.

¿Cómo ir?
Existentes distintas formas de poder visitar las islas, una de ellas es por sus propios medios y contactar a pequeños empresarios que están en la playa ofreciendo estos servicios, mientras que otros serían a través de paseos grupales, que organizan las giras como pasadía en las islas.

Amalia Peña, una organizadora de estos viajes turísticos, destacó que buscan que las personas conozcan estos sitios paradisiacos y los contactos los hacen a través de Instagram, la red social en la que publican información de los paseos planeados para que las personas conozcan.

Amalia mencionó que recientemente están explorando una nueva isla llamada “Cimarrones”, para que se convierta en el nuevo punto de visitantes, ya que se encuentra dentro del grupo de islas del pacífico que son ideales para pasar un momento en familia.
Por su parte, Rashid Quintero, un turista nacional, calificó de espectacular la experiencia que vivió y que sin dudas regresaría a visitarla, porque disfrutó su estadía.
Aunque, si usted no desea ir a ninguna isla, puede optar por hospedarse en las cabañas y hoteles que existen en la playa y disfrutar de sus cálidas aguas, ya sea en la temporada lluviosa o en verano.