Niños, los héroes de la pandemia
Ha pasado casi un año desde que se reportó el primer caso de coronavirus en Panamá; desde entonces, la vida no es igual y los niños han sido víctimas colaterales de la pandemia por la Covid-19.
El uso de la mascarilla ha sido todo un reto para los padres y niños. (Imagen: Pixabay)
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Por: Milagros Murillo F. -
Muchos no comprenden qué está pasando, por qué no pueden salir a jugar, tener que utilizar mascarillas y/o pantallas faciales y evitar tocar los objetos en la calle. Su naturaleza es explorar; es parte de la vida, del crecimiento, de conocer el mundo, pero ahora mamá y papá solo dicen “no toques nada”, “súbete la mascarilla”, “no te quites la mascarilla” y los rocían con alcohol. Es más, algunos ni siquiera saben qué es el alcohol, pero ahí van: tratando de adaptarse a un mundo que, quienes tienen más memoria recuerdan que no era así -y lo reclaman-, pero otros simplemente son guiados a la llamada nueva normalidad, esa que priva de la libertad, de la curiosidad, la confianza, de la salud, la vida y hasta quiere apoderarse de los sueños de libertad, en medio de más confinamiento (aunque sectorizado) en el país.
Sí, los niños y niñas son los verdaderos héroes de la pandemia; los más grandes han tenido que adaptar su educación de presencial a virtual y los más pequeños han tenido que pasar sus días en el encierro; con suerte, hay quienes pueden salir a un patio, otros, los denominados “niños de balcón”, solo logran mirar por la ventana un mundo allá afuera ajeno a ellos, a sus necesidades y anhelos.
Según la psicóloga Analissa Rosas Leyton, uno de los efectos más importantes de la pandemia es el impacto psicológico en niños y adolescentes. Explica que la permanencia en casa los hace menos activos, con más tiempo frente a una pantalla, con patrones irregulares de sueño, y menos actividad física puede presentar cambios de comportamiento atribuibles al extenso encierro, por ejemplo, irritabilidad emocional, problemas de sueño, aumento del apetito, entre otros.
Salud mental de los niños es un reto
La segunda encuesta “Situación de Familias con Niños, Niñas y Adolescentes durante el COVID-19 en Panamá” realizada por el El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) Panamá, entre el 27 de octubre y el 11 de noviembre del 2020 a mil hogares en donde existiese al menos un niño, niña o adolescente, arrojó que “sobre la salud mental, uno de cada dos hogares declaró estar muy preocupado por el impacto que podría tener la pandemia en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. Uno de cinco hogares declaró que al menos un miembro menor de 18 años presentó malestar en cuanto a su salud mental y bienestar”.
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Y es que para los padres, al igual que para los niños, es un reto mantener la salud mental en estos momentos, dice Rosas. “Se requiere tener un conocimiento de las necesidades emocionales de nuestros hijos y procurar mantener la calma para no transmitirles ansiedad. Es importante que los niños y adolescentes reciban información franca y honesta acerca de los cambios que ocurren dentro del seno de la familia”, detalla la psicóloga clínica, puesto que de no ser así, el niño podrá hacer uso de su imaginación de manera negativa y, al igual que los adolescentes, podrían sentirse aún con mayor incertidumbre. Por lo tanto, es fundamental asegurar una comunicación efectiva.
Más preocupante aún es que hay que tener en cuenta que existen familias que viven en confinamiento y en algunas se presenta violencia doméstica, por lo que las líneas telefónicas para denuncias deben ser una prioridad.
Recientemente el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) habilitó la línea de atención 147 con el fin de brindar orientación psicológica a la población que padezca ansiedad, estrés u otro problema en su entorno familiar.
Socialización: necesaria para el desarrollo de los infantes
En esa misma línea, el sociólogo Olmedo Beluche sostuvo que la pandemia y la consecuente cuarentena, necesaria para controlarla, ha tenido su impacto negativo sobre el desarrollo normal de la infancia de Panamá y el mundo, especialmente el problema de la socialización, porque es necesario para el desarrollo de los niños el compartir y convivir con compañeros de su edad, sobre todo en la escuela, en el barrio y familiares que no vivan con él en la misma casa. “Esa convivencia, esa socialización es una parte necesaria del desarrollo de la personalidad de los niños y de los adolescentes y eso evidentemente se ha visto afectado”.
Clase baja es más vulnerable
Beluche resalta que la situación no ha afectado a todos los niños por igual, porque, los pobres están en peor situación que las clases medias y las clases alta, esto, basado en que una cosa son los niños de clase media y alta, quienes tienen casas más o menos cómodas y con acceso a internet y demás servicios, que aunque hayan tenido algunas pérdidas podrían sobrellevar un poco mejor la cuarentena, que los de los barrios populares, quienes seguramente tendrán mayor socialización, porque se vive en casas pequeñas, un poco hacinados, donde por fuerza hay que convivir varias familias a la vez, pero en condiciones muy precarias de aislamiento, pobreza, hacinamiento de familiares, por lo que no es igual la afectación.
El docente universitario hizo énfasis en la educación, donde también ha habido una gran pérdida, pues pese a todo lo que se ha intentado vía internet no es lo mismo la calidad del contacto del docente con el niño para poder ayudarle a comprender las temáticas de los diversos cursos que hacerlo virtualmente. “Ha habido una pérdida y eso se refleja más en los barrios populares, en los campos, en las comarcas, porque el Gobierno no ha sido capaz de obligar a las compañías de telecomunicaciones para que garanticen un acceso abierto y gratuito para estas familias pobres, para que sus hijos puedan acceder a un mínimo de enseñanza virtual”, afirmó.
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Este planteamiento lo refuerza la primera encuesta “Situación de Familias con Niños, Niñas y Adolescentes durante el COVID-19 en Panamá” de Unicef Panamá, realizada también vía telefónica entre el 26 de mayo y el 9 de junio del 2020 a mil hogares panameños, arrojó que “la calidad de la educación a distancia varía en atención al nivel socioeconómico del hogar y el tipo de escuela. Los hogares con ingresos mensuales inferiores a $1,000, así como aquellos con niños que asisten a una escuela pública hacen uso de tecnologías menos interactivas, como la radio y la televisión. Los hogares con niños que asisten a escuelas particulares usan más plataformas virtuales que permiten interacción con el docente, descarga y envío de materiales desde casa”.
Beluche adujo no estar en contra de la cuarentena, porque esta es la única manera hasta que no se haya vacunado a una buena parte de la población, de controlar un poco la expansión del virus, pero enfatizó en que el Gobierno debe garantizar las medidas para que haya una mayor igualdad en cuanto al acceso a internet e incluso en una bolsa y bono solidario mucho mayor para que las familias puedan tener al menos un poco de equilibrio y de paz en medio de la pandemia satisfaciendo sus necesidades básicas y por ende, de los niños.
Recomendaciones
Entre otros puntos, como el reforzamiento del apoyo económico (Plan Panamá Solidario) a las familias afectadas por la pandemia, garantizar la continuidad de los aprendizajes de todos los niños y niñas del país, así como reforzar los servicios de atención de salud preventiva y curativa, Unicef hace un llamado a “mantener y mejorar las intervenciones de apoyo psicosocial a las familias. Continuar generando evidencia sobre los impactos de la pandemia en la salud mental de la población, en especial la salud mental de la niñez y adolescencia”.
Por su parte, Rosas Leyton da una serie de recomendaciones a los padres para que los niños puedan crecer y desarrollarse en un ambiente tranquilo y seguro a pesar de que el virus sigue al acecho:
● Fomentar espacios de sana convivencia y diálogo a lo interno de las familias. Podría resultar beneficioso tener video llamadas eventuales con los familiares y amigos que no viven en casa (abuelos, tíos, etc.)
● Evitar la sobre exposición a noticias que aumentan la situación de estrés.
● Los padres deben evitar el consumo de alcohol en exceso.
● Brindarles la oportunidad de realizar actividades divertidas y seguras dentro de casa. ( pintar, cocinar, bailar, hacer experimentos, o ejercicios de respiración)
● Procura que tengan horarios y rutinas establecidas (los ayuda a organizarse).
● Compartir y conversar con ellos sobre sus emociones, pueden hacerlo al final del día e incluir qué fue lo mejor que les pasó en el día. Así los ayudamos a pensar en lo positivo.
● Considerar que es importante que tengan una alimentación balanceada.
● Controlar que no se excedan en horas frente a los aparatos electrónicos.