Abajo
Milcíades Ortíz
Catedrático
Ya me habían advertido sobre las especiales medidas de seguridad que nos harían los comunistas. Pero cuando pusieron perros a olfatear el bus no me gustó. Peor fue al pasar un espejo por la parte inferior del vehículo. Lo último se dió al cerrarlo y darme cuenta que las ventanas ¡no podían bajarse! Explicaron que los alemanes comunistas justificaban eso diciendo que era para evitar que nosotros nos fuéramos a vivir al "paraíso" del Berlín comunista. (Realmente era lo contrario).
Estaba como periodista en los años setenta del siglo pasado visitando Alemania capitalista por invitación de su gobierno. Todos los años invitaban a comunicadores de Latinoamérica. Había que señalar los sitios que a uno le gustaría conocer. Pedí visitar a campesinos, algo que les extrañó. Lo hice para poder comparar con los nuestros. Deseaba ver la fábrica de los autos "escarabajos", porque tuve uno por años. (Quedaron extrañados cuando quise visitar museos sobre los nazis).
Ir al lado comunista de la ciudad era lo que ahora llaman "turismo de aventura". Lo de los nazis fue porque nací en plena Segunda Guerra Mundial. Ver el comunismo era lógico para un curioso periodista. Así como la TV. Nos llevaron a ver parques y museos que destacaban los logros del comunismo para el pueblo alemán después de perder la guerra y dividirse su ciudad. No podíamos circular por dónde quisiéramos. "Guías" turísticos nos impidieron hablar con personas del lugar. Al volver noté que muchos adultos se aglomeraban en la acera para ver pasar nuestro bus.
No nos saludaban porque estaba prohibido. Sus caras parecían de piedra, con una mirada de tristeza que todavía la recuerdo. Se cumplirán veinticinco años del fracaso del comunismo soviético y la caída del tenebroso muro de Berlín. En esta ocasión el acontecimiento tiene mayor significado. Aunque no hay muro, tenemos como se desmorona el sueño del comunismo en Cuba. Luego de más de cincuenta años de "fidelismo", otra vez las calles de la isla se llenarán de los "odiados" doláres norteamericanos... ¡y sus gringos! No se pueden desconocer logros del sistema antidemocrático cubano, especialmente en la cultura, la medicina, etc. Pero... ¡qué va! Al final ese sistema que acaba con los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión se viene abajo. (¡¡¡Plof!!!).