¡Basta de intransigencia!
La intransigencia de un grupo de educadores que no acepta que se les evalúe como condición para otorgarles un incremento salarial de 300 dólares está afectando el
La intransigencia de un grupo de educadores que no acepta que se les evalúe como condición para otorgarles un incremento salarial de 300 dólares está afectando el desarrollo normal del proceso educativo, aunado al gran daño que les hacen a los padres de familia y a la educación nacional.
No es posible que estos llamados educadores, que basan sus enseñanzas en un proceso de evaluación de sus estudiantes para calificarlos, se opongan a que a ellos se les evalúe. Esta condición sí que no la comprendo. El educador es como el médico, el abogado y otras profesiones, en las que los avances constantes que se suscitan mundialmente exigen estar actualizados.
La actitud que han adoptado, al declararse en huelga de hambre como medida de presión, en nada les ha ayudado; cada día más docentes se unen para demostrar que no les preocupa que se les evalúe, condición que aceptan y que les ha permitido recibir su incremento salarial.
Los alcances del Decreto Ejecutivo 155, que crea el proceso de autoevaluación y el plan de mejoras de centros educativos, es calificado por docentes como beneficioso para la educación nacional, y se sugiere que sea elevado a ley de la República. Esa es una posición que lleva a pensar que sus bondades son un gran avance para la educación panameña.
Señores huelguistas, comprendan que sus planteamientos no reciben el apoyo de sus colegas; informes oficiales registran que solo 5,000 de los 48,000 docentes están en paro. No se han dado cuenta de que están afectando a los padres de familia que envían a sus hijos a las escuelas, quienes se tienen que devolver porque no hay clases. ¿Quién les repone el dinero del pasaje, la merienda, desgaste de los uniformes y otros gastos?
Depongan esta actitud, los estudiantes esperan mucho más de ustedes, vivimos en mi Panamá, el país de las oportunidades, no le cierren la puerta al futuro recurso humano; si persisten, las consecuencias serán irreversibles en el proceso educativo y el daño será incalculable, principalmente para los educandos que asisten a los centros oficiales del país. Ahora será este pero, después vendrán otros peros que evitarán llegar a un punto de acuerdo. ¡Basta de intransigencia!