Contaminación ambiental
La bahía de Panamá representa uno de los santuarios naturales más importantes de la América Latina. Por la línea costera llegan millones de aves migrando hacia otras
La bahía de Panamá representa uno de los santuarios naturales más importantes de la América Latina. Por la línea costera llegan millones de aves migrando hacia otras latitudes, mientras el bello panorama del amanecer en el océano Pacífico atrae las miradas de observadores, tanto nacionales como foráneos.
Empero, un recorrido por las playas cercanas al área metropolitana nos muestra una cruda realidad. Toneladas y toneladas de basura se acumulan en medio de manglares frente al complejo monumental de Panamá Viejo. Los turistas que llegan a los hoteles en el centro de la urbe istmeña observan con asombro la acumulación de desechos por el tramo marino del Corredor Sur.
Aunque se han invertido millones de dólares en el saneamiento de la bahía de Panamá y que las aguas servidas serán limpiadas antes de llegar al mar, de nada sirve este proyecto sanitario si continúa el ciudadano lanzando basura a los ríos, quebradas y playas del país.
Es hora de que las autoridades próximas a ocupar la dirección de los distritos de Panamá y San Miguelito tomen cartas en el asunto para detener la contaminación del entorno, el cual afecta nuestra salud, además de perjudicar la imagen turística del país. A partir del mes de julio, los alcaldes electos José Blandón Figueroa y Gerald Cumbertbach deberían lanzar una campaña de docencia sobre la protección del ambiente. Pero igual, anunciar públicamente la imposición ejemplar de multas, incluidas penas de cárcel, a quienes arrojen desechos a los ríos y playas del área metropolitana.
Es momento de sancionar con mano dura a los infractores del ambiente. Se requiere también que, en conjunto con el Ministerio de Educación, se proceda a iniciar charlas informativas en colegios públicos y particulares con el fin de incentivar en los jóvenes el valor de proteger el ambiente. Recuerden que loro viejo nunca aprenderá a dar la pata, pero con los periquitos sí hay futuro.
Hagamos de Panamá un ejemplo de ciudad limpia, en donde el reciclaje y el cuidado del entorno sean la mejor publicidad de la Patria. Ponga de su parte, no arroje basura. Brindemos a las futuras generaciones un mundo limpio y sostenible.
Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos…