EL BORRACHO DE ENGREIMIENTO

“Eso, es lo que está pasando con una persona a quien pretenden vender como líder del CUCO y quien cree que lo puede todo, que tiene el poder, que lo merece todo.

Sin ningún reparo, ni pudor, está manipulando la crisis que se vive en Colón, sin importarle que hay un pueblo sufriendo desde hace 18 días, a consecuencia de un paro, que está golpeando la economía de una región, principalmente al hombre de a pie, que todos los días tiene que salir a buscar el sustento de su familia.

Este pasando del supuesto Líder de los más oprimidos, a un vulgar político.

Está obsesionado con tener el poder, alejándose de lo que debería ser su verdadera misión, la cual es la de servir al pueblo y no doblegarlo a su santa voluntad y mezquinos apetitos, todo por figurar y tener protagonismo.

Está utilizando un liderazgo superfluo y transitorio para su propio prestigio personal, entrando en una dinámica absurda, de que no hay marcha atrás. 

Su egocentrismo no le permite dimensionar las graves consecuencias que le está causando al país, cuando después de haberse negociado previamente, posteriormente toma la inesperada actitud de "Patear la mesa", como decimos en buen panameño, en evidente irrespeto, grosería e intransigencia, en medio de un acto en el palacio Presidencial, en presencia de máxima magistratura de la Nación. Nada justifica la mala educación y menos a la investidura de un Presidente", sea quien sea.

Qué ejemplo le estamos dando a la juventud colosense y de todo el país. 

Ha sido un acto bochornoso, repudiable, con absoluta premeditación y alevosía, clásico de un oportunista, que aprovechó la presencia de la prensa nacional para montar un chiqui show. Desarrollando un guión para elevarme y en un futuro cercano lanzarse a un puesto de elección popular. 

Está utilizando el clásico y antiguo método de liderazgo falso, convenciéndose a sí mismo y tratando de convencer a los demás de que hay un enemigo común  y si no existe se lo inventa.

Pueblo Colonense abran los ojos, despierten y no permitan que jueguen con sus auténticas y genuinas demandas y aspiraciones.