El valor de la amistad

Por: Yadira Roquebert -

&162;El que no po no co! Cuando pequeña escuché alguna vez esta expresión, el que no pone, no come; sin embargo, la recordé cuando una persona adulta impedía que se compartiera con un compañero de trabajo, simplemente porque este no había dado su cuota para hacer la compra. Qué expresión de tan mal gusto, me dije. Y, así como yo, opinaron otras personas que se me unieron para sustentar el porqué no tenía sentido esa condición.

Qué lástima cuando existen adultos que no logran superar experiencias negativas vividas en su pasado, pues lo correcto para alcanzar la felicidad es borrar todo sentimiento y resentimiento que le haga daño al nuevo ser que deseamos formar.

Basada en esta expresión, desarrollo con fundamentos este tema que nos lleva a comprender que todos somos distintos y que la verdadera amistad consiste en armonizar nuestras diferencias y apreciar a fondo lo mejor de los seres que nos rodean, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte del carácter y personalidad del individuo.

Todos tenemos defectos, y muchos de estos son producto de la herencia de nuestros antepasados, de la educación que recibimos o del medio en que crecimos; pero eso no es razón para excluir. Es oportuno ver lo positivo que tiene esa persona, quizás hasta lleguemos a enriquecernos aprendiendo de sus virtudes. Pero, ¿quiénes somos para exigir perfección?, si ni siquiera somos perfectos.

¿Quiénes somos para excluir? Ante la presencia de juegavivos, investiguemos sobre las circunstancias que rodean a una persona antes de excluirlo. En este caso, se trata de compañeros que comparten más de ocho horas laborales, pues la distancia que recorren del hogar a los puestos de trabajo y viceversa, aunado a los tranques vehiculares que existen en mi Panamá, el país de las oportunidades, producto del desarrollo que vivimos, limita más el tiempo que se comparte en familia, y exige que la relación laboral sea armónica.

La vida nos lleva a lograr amistades tan auténticas que ni el idioma se constituye en obstáculo, caso específico, las Olimpiadas que se desarrollan en Londres; atletas provenientes de más de 200 países que participan en esta justa deportiva alcanzan una verdadera amistad, y están compitiendo.

Qué cuesta ofrecer una amistad genuina y sin intereses condicionados, que al final nos lleva a preservar este valor y hacer armonioso nuestro paso por la vida terrenal.



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