‘En cuestión de un año perdí todo’
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos,
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
«[Hace algunos años] por fortuna me gané un buen dinero de manera honrada, el cual invertí muy mal, pues pensé que el dinero no escasearía jamás. Pero grande fue mi sorpresa cuando de repente, al involucrarme en juegos, vicios y placeres mundanales, en cuestión de un año perdí todo lo que en principio quise tener por siempre, y tarde me doy cuenta de cuán vano es tener cosas sin sentido. Tuve amigos y mujeres por demás. Hoy en día grande es mi pesar al no tener nada ya: ni amigos ni mujeres ni familia. Todos me abandonaron al ver que ya nada tengo, y pago las consecuencias de los malos hábitos.
«Estimado amigo:
»Lamentamos mucho que se sienta solo y vacío. Todos necesitamos amigos y familiares que nos animen y nos amen. Creemos que, con el paso del tiempo, sus amigos y sus familiares volverán a buscarlo. Esperamos que pueda perdonarlos por la forma en que lo han tratado, y que ellos puedan perdonarlo a usted por cualquier cosa que les haya dicho.
»En la historia universal, hay un ejemplo de alguien que tuvo una experiencia parecida a la suya. Salomón, el sabio maestro y rey, escribió: “No le negué a mis ojos ningún deseo, ni a mi corazón privé de placer alguno.... Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida”. Salomón tenía toda posesión material y todo lujo que había en aquel entonces. Según los documentos históricos, él tuvo además 700 esposas y 300 concubinas. Y a pesar de que no perdió ni su dinero ni sus mujeres como le sucedió a usted, llegó a la conclusión de que la felicidad y el contentamiento no se obtienen mediante las posesiones ni las relaciones físicas con mujeres. Solo tiene que orar en sus propias palabras y pedirle que le perdone sus pecados y que forme parte de su vida de hoy en adelante.
Pídale que le muestre cómo salir del hoyo en que se encuentra. Lea la Biblia, comenzando con el libro de Eclesiastés, para que vea lo que le pasó a Salomón. ¡También para usted hay esperanza!