Impotencia
Por: Yadira Roquebert Periodista -
Me llamó la atención escuchar un mensaje de un ciudadano que utilizó las redes sociales para exteriorizar el sentimiento de frustración que tiene ante hechos que se registran y que, lamentablemente, bajo el amparo de programas sociales, tienden a ahorcar a la clase media, que con el pago de sus impuestos coadyuva al sostenimiento de la económica del país, facilitando beneficios a grupos sociales que, amparados en la marginalidad y en la escasez aparente, vienen recibiendo regalías.
Si bien el lenguaje expresado por este ciudadano en las redes sociales no es el correcto, pues se trata de un medio al alcance de todo público, incluyendo los menores, al escucharlo sentí que es quizás uno de los tantos panameños frustrados que sienten impotencia ante hechos que se suscitan en el país. Se trata de obreros que trabajan de sol a sol, que se privan de pequeños lujos, que planifican la llegada de sus hijos, que el dinero no les alcanza para las jornadas de recreación familiar, que se esfuerzan para darles una educación a sus hijos y que anhelan un futuro mejor.
Como este ciudadano hay otros que sufren porque no hay incentivos para ellos, cada quincena llega con gran pesar porque el pago recibido no alcanza o justamente cubre sus necesidades básicas, postergando el viaje de recreación familiar, el vestido o calzado que necesita, o el mueble que requiere su hogar.
Este ciudadano expresa en ese audio su molestia al conocer sobre la entrega de viviendas y otras regalías a personas catalogadas de escasos recursos, con hijos en abundancia, y en donde quizás, pese a la falta de un empleo formal, los festines y brindis de fin de semana se hacen presentes en sus residencias. No podemos generalizar, pero cabe la posibilidad de que estos hechos se den.
Y no deja de tener razón. Cuántos requisitos se exigen para aplicar a una vivienda u otro bien; mientras a otros, con los impuestos de los trabajadores, se les entregan, remodelan y equipan residencias. Este mensaje de un ser frustrado e impotente se multiplica y debe llamar la atención sobre el sentimiento que tienen los buenos ciudadanos de mi Panamá, el país de las oportunidades, ante decisiones que se exceden en un paternalismo que estrangula a la clase trabajadora, que espera incentivos por los pagos puntuales a sus obligaciones como contribuyentes.