¿Independientes de qué?
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Es bien sabido que en todo régimen democrático, tanto gobernantes como gobernados deben de someterse al imperio de la ley o lo que para mayor conocimiento de los legos, es el principio de legalidad.
Este principio obliga a todos, sobre todo al funcionario, a hacer solo aquello que la ley permita.
En este sentido, resulta todo un acto de intransigencia, las actitudes asumidas por algunos grupos de presión organizados, conocidos como "sociedad civil" y algunas figuras dizque independientes, pero que todo mundo saben a quienes responden, de querer separar al Magistrado José Ayú Prado –en su calidad de Magistrado de Garantías- del expediente de Financial Pacific.
No se trata de la figura de Ayú Prado, o de cualquier otro magistrado, recuérdese que cinco de nueve fueron nombrados durante la administración Martinelli.
Se trata de que estos grupos, que parecen haber reemplazado a los partidos políticos, quieran imponer agendas y actuaciones a la administración pública y dictar pautas de actuación política al Estado.
El país no debe dejarse engañar con el apodo de "independientes" con que estas figuras y grupos se presentan al país, de independientes no tienen nada, pero al parecer no tienen ni el carisma ni el talento para hacer política desde los partidos, que es el escenario natural de la lucha por el poder.
Se dedican a crear grupitos carentes de representatividad para dictar pautas a los gobiernos de turnos y no en vano, muchos de ellos, a la vuelta de los años quedan nombrados en el gobierno, como ha sucedido con la administración varelista que ha emplanillado con jugosos sueldos a esta "sociedad civil" criticona por conveniencia.