La Navidad del Mundo
En tiempos de Navidad se habla mucho de paz y amor, y del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, incluso en cientos de púlpitos, los religiosos, incluidos los
Por: Itzel Santos y Carlos Singares / Siervos del Señor -
En tiempos de Navidad se habla mucho de paz y amor, y del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, incluso en cientos de púlpitos, los religiosos, incluidos los evangélicos, predican la Navidad, al arbolito y a Santa Claus.
Como muchas de las mentiras del mundo, la Navidad es un invento que ha terminado en una abominación de consumismo, hipocresía y vanidad humana.
Detrás de las palabras vacías de amor, el mundo hace alarde del jamón más grande, de la casa que tiene más lucecitas y el arbolito más caro. Es un verdadero aquelarre de lujo y exuberancia, de gasto de miles de millones de dólares en cosas que no edifican a nadie, mucho menos a los cristianos.
Jesús nació en condiciones de pobreza y humildad que son un mensaje de salvación y redención para la humanidad. Cristo vino al mundo a pagar con su vida el perdón de nuestros pecados como seres caídos de la Gracia de Dios.
Resulta una blasfemia hacer alarde de lujos de Navidad, esa opulencia está en abierta contradicción con el Evangelio de Cristo.
¿Pero, porqué en los púlpitos evangélicos se celebra la Navidad? Este falso mensaje es uno de las tantas falsedades que predican los que “acomodan” el camino para el anticristo. Prefieren sumarse a la corriente del mundo, no tienen la autoridad para hablarles la verdad del evangelio a los cristianos. Es más fácil aplaudir y decir amén a una Navidad que es una ofensa a la humildad de Cristo.
Los engaños del mundo son muchos, la gente busca amor, todos quieren ser amados, para comprobarlo solo hay que encender la radio y escuchar todas esas canciones de amor.
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.”, Juan 14:27
El mensaje de la Navidad de excesos, alcohol y vicios no es el mensaje de paz verdadera y amor que nos da Cristo. Busquemos el amor único y legítimo del Salvador del Mundo. Amén.