Mejorar
P asada la euforia de las elecciones es buen momento para que luego de instalarse el nuevo gobierno se inicien las reformas a la ley electoral. No
P asada la euforia de las elecciones es buen momento para que luego de instalarse el nuevo gobierno se inicien las reformas a la ley electoral. No me convence que se cambien "las reglas del juego" meses antes de unas elecciones. La última elección dejó algunas lecciones que hay que aprovechar. Creo que hay que señalar con precisión el periodo de propaganda electoral. No es sano una campaña de meses y meses. Ahora con los modernos sistemas de comunicación, los candidatos pueden dar a conocer sus propuestas en poco tiempo. Para mí lo máximo serían dos meses... Positivo sería establecer un control sobre el gasto de las campañas. Si sigue como está, quienes tengan más plata podrán tener alguna ventaja.
Se advierte que eso no sucedió en las pasadas elecciones. Duele ver la danza de millones gastados en papeles, plásticos, telas, murales, etc. Parte de ese dinero podría utilizarse en obras que necesitan varias comunidades. Las reelecciones no son lo mejor para la democracia. Ese modo de gobernar exige que muchos tengan la posibilidad de lograr puestos públicos. Cuando un diputado, alcalde, representante tiene hasta más de seis periodos, lo que ha sucedido es que allí funciona el llamado "clientelismo". Puede sugerirse que esos cargos permitirían una sola reelección. Uno o dos periodos después, el candidato podría aspirar nuevamente. Hay muchos panameños que serían buenos funcionarios, pero no participan en política porque no tienen fondos, organización, partidos, etc.
Hay que perfeccionar el sistema de los candidatos independientes, que tuvo un triste papel en estas elecciones. No estaría de más que existiera una regulación sobre los asesores extranjeros. No me parece bien que personas ajenas a nuestro país influyan o manipulen unas elecciones. Creo que tenemos suficiente talento nacional para esto. Ni pensar en el voto electrónico. Debe haber mecanismos más eficaces para controlar las llamadas "campañas sucias". La cambiadera de elegidos (tránsfugas) debe ser controlada. Mejorar el papel del mismo fiscal electoral y otras cosas más deben plantearse desde ahora y no después.