Pobre debate
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Hubo una época en la que daba gusto seguir los debates de la Asamblea Nacional. Eran los tiempos de un Heliodoro “Lolito” Patiño, Carlos Iván Zúñiga Guardia, Rigoberto Paredes, Pedro Brin Martínez, Aquilino De La Guardia, Carlos Arellano Lennox y otros, quienes, haciendo gala de un verbo elegante y a la vez apasionado, planteaban posiciones políticas e ideológicas de peso.
Era la época en que las graderías de la Asamblea Nacional se llenaban de ciudadanos interesados en conocer las posturas políticas de los tribunos elegidos por el pueblo frente a los grandes problemas nacionales.
No hay registros, en esos aconteceres pretéritos, de insultos bajos o confrontaciones físicas entre diputados. Eso sí, la polémica era dura y apasionada y el arma era la palabra, la que la hacía sabrosa e interesante para el pueblo, que también seguía por radio las transmisiones del debate parlamentario.
Esos tiempos quedaron atrás. Ahora todo es circo, pasarela y vulgaridad en ese órgano del Estado, lo que demuestra la baja calidad política e intelectual de sus representantes.
El reciente espectáculo protagonizado por dos diputados a los gritos de “imbécil”, “payaso”, “respeta”, como argumento, revela el bajo nivel dialéctico de los llamados padres de la patria.
Hace un par de años, los panameños vimos atónitos como un diputado iba para encima de otro con un garrote en la mano. Ese sujeto aún está en el Parlamento, ¡pobre Panamá!
Un Órgano Legislativo de cualquier país que exhiba tal pobreza intelectual queda descalificado para producir leyes de provecho para la sociedad o desarrollar un debate de altura sobre la conveniencia o no de tales leyes.
Ojalá que en las elecciones de 2019, los electores no se equivoquen, ya basta de pelafustanes con inmunidad.