Publicidad engañosa
Por: -
Con bombos y platillos, el Gobierno anunció que era “la primera vez” que un presidente panameño se reunía con un primer ministro británico, aludiendo al viaje del presidente Juan Carlos Varela a esos confines. Pues resultó que la afirmación es falsa: Ernesto Pérez Balladares fue el primer presidente panameño en reunirse con un primer ministro inglés en 1997.
Igual ha sucedido con la publicitada entrega de las 92 mil viviendas, del programa “Techos de Esperanza”, de la que se jacta el Gobierno, lo que a la postre también ha resultado otro ejemplo de publicidad engañosa gubernamental.
Se ha demostrado que no existe tal cantidad de viviendas entregadas y que todo ha sido un trabalenguas o juego de palabras politiqueros, usados por los detentadores del poder.
La publicidad engañosa es una falta que se comete cuando se hace promoción a productos o servicios, que a la postre resultan falsos o diversos a lo que se publicita, con el fin de provocar fraude o engaño en el consumidor.
Este flagelo económico es tan fuerte que los organismos oficiales, en distintos países, han creado un sistema de multas para castigar a quienes ofrecen publicidad engañosa al consumidor, pero tratándose del Gobierno, ¿qué protección tienen los ciudadanos?
Simple y sencillamente, la censura moral, ante publicidad oficial que divulgan hechos y obras que no se ajustan a la realidad, con el fin de crear percepciones engañosas en el ciudadano.
Gobierno que engaña a la opinión pública no puede ser bueno, y la censura y sanción moral es la que le queda a la población ante esas maniobras falaces.