Sesiones extraordinarias
Es un hecho que las elecciones son una conyuntura que le permite al pueblo escoger a sus gobernantes por los próximos cinco años, pero tal ejercicio democrático no es una pausa en la actividad gubernamental que debe de continuar hasta que el gobierno electo inicie funciones.
Por ello resulta ominoso que existan sectores que cuestionen la legitimidad del Órgano Ejecutivo en funciones, representado por el Presidente Ricardo Martinelli, de convocar a la Asamblea de Diputados a sesiones extraordinarias.
Los que así razonan no demuestran mas que ignorancia y falta de cultura política, toda vez que el engranaje gubernamental debe seguir trabajando, hasta el último día en que constitucionalmente debe hacerlo.
Temas como Juan Hombrón, que no debe ser objeto de rapiña de grupos económicos, sino un santuario de la vida silvestre; el viejo ahnelo de los funcionarios judiciales de contar con una carrera administrativa, que contribuirá a acabar con las críticas que se le hacen a ese órgano del Estado; y otros no menos importantes, que el Ejecutivo quiere dejar resueltos antes de que el presidente electo inicie su mandato, son los que motivan este llamado a sesiones.
Pero los agoreros de siempre que buscan segundas intenciones, a pesar de que la historia los ha desmentido una y mil veces, no aprenden y siguen elucubrando fantasías atroces que solo existen en sus afiebradas mentes.